viernes, 30 de diciembre de 2011

Socotra, la isla de los genios

Socotra, la isla de los genios

Jordi Esteva
Atalanta, 2011
362 pp.

Jordi Esteva sigue con la sensibilidad puesta en los 'árabes del mar' y en el rastreo de un mundo cuyos ecos resuenan todavía en la memoria de los viejos, en las tradiciones orales y en las costumbres...



Jordi Esteva
Atalanta, 2011
362 pp.





Han pasado cinco años desde que Jordi Esteva publicara Los árabes del mar. Cinco años que han cambiado de alguna manera el horizonte que hacía de aquel libro un relato luminoso sobre los árabes que navegaron por el Índico y que crearon en la costa swahili, en Omán o en Zanzíbar comunidades de comerciantes y marineros vigorosas y emprendedoras.

Jordi Esteva sigue con la sensibilidad puesta en estos árabes del mar y en el rastreo de un mundo a punto de ser sepultado en la historia pero no desvanecido del todo, porque sus ecos resuenan todavía en la memoria de los viejos, en las tradiciones orales y en las costumbres. Pero en Socotra, la isla de los genios el tono con el que empieza el relato nuestro autor es más oscuro. En el nuevo libro, estos recuerdos y tradiciones que hablaban de un pasado esplendor parecen haberse hundido por el peso de un presente destructivo y amenazador.

La visión de Jordi Esteva es ahora más apesadumbrada porque nada le recuerda a aquel oriente que conoció hace treinta años y cuyos encantos se perdieron hace tiempo. Yemen ya no es el mismo. Ya no es aquel cuya capital, Sanaa, brillaba como Patrimonio de la Humanidad con sus casas altísimas construidas hace siglos. Tampoco mantiene en la memoria a personajes cuya dignidad servía de referencia a una sociedad vieja pero profundamente articulada. Ni conserva la piedad que actuaba de cemento en la relación entre las personas como descubre horrorizado Jordi Esteva ante el alborozo de los jóvenes con un video sobre el terrible asesinato de un rehén en manos de una banda fundamentalista.

El viejo mundo árabe que sedujo al autor está en fase avanzada de descomposición y seguramente por ello confirma la necesidad de centrarse en Socotra, una isla perdida, de la que hay viejas y confusas referencias y que conserva el halo mágico de lo desconocido.

No puede, Jordi Esteva, ni siquiera llegar a su isla en dhow, la tradicional embarcación a vela que hasta hace tan poco surcaba las aguas del Índico y que fue el único medio de transporte que desde las costas del sur de la Península Arábiga alcanzaban su puerto. Nada de dohws. El avión es ya el único medio viable para llegar a la isla.

Pero Socotra sigue siendo tierra aislada. Y nuestro autor sí encuentra en ella todavía lo que va buscando: un resto vivo del pasado. Por supuesto las cosas cambiaron también en Socotra. El régimen comunista del Yemen de Sur abolió el sultanato en un intento de modernizar la isla, anclada en un remoto pasado, pobre y sin contacto prácticamente con el mundo exterior. Y los tiempos recientes dieron también lugar a la llegada de nueva población del continente. Pero pocas más cosas alteraron el letargo infinito de un lugar pedregoso y árido, donde las cabras forman casi parte de la familia y donde incluso el islam presenta reflejos de prácticas antiguas, heredadas de poblaciones que recalaron en la isla a lo largo del tiempo.

Jordi Esteva como en la literatura clásica, utiliza a personajes que le acompañan para que le hagan de espejo. Personajes que dialogan con él y con los que verbaliza sus reflexiones. Quiere descubrir los misterios que rodean a la isla y de los que hay pocas noticias: quiénes la poblaron en el pasado, por qué no hay en ella grandes monumentos, qué hay de verdad en relatos antiguos que hablan de maravillas que hoy se han extinguido, cómo llegaron los primeros europeos… Y quiere también recoger los relatos de los mayores o de quienes viviendo más aislados, en rincones junto al mar o en parajes inhóspitos del interior, pueden contar leyendas o viejos cuentos oídos en alguna ocasión, para que no se pierdan y para atar los cabos que le permitan trazar una especie de historia.

El libro es una sucesión de conversaciones, de descripciones y de reflexiones propias que permiten al lector participar del viaje que Jordi Esteva efectúa por toda la isla. Sus acompañantes, un joven descendiente del último sultán, un conductor que los lleva por lugares infames con su precario todo terreno, algún que otro acompañante según las circunstancias y las gentes que va encontrando a lo largo del periplo le permiten escuchar pero también pelotear con las ideas, pulsar opiniones y dar vida a su relato.

El lector escucha las voces de múltiples personas a quienes Jordi Esteva interroga no siempre con éxito porque a menudo viven en un mundo que tiene poco contacto con aquel que Jordi tiene en la cabeza. Y así se produce un flujo de ida y vuelta en el que uno y otros van contando y sacan a la luz retazos de historia y viejas aventuras donde aparecen Simbad, aves prodigiosas, traiciones amorosas, algunos que otros genios o combates entre antiguos invasores y la población local.

Socotra, a poca distancia del Cuerno de África, bajo soberanía yemení, sigue siendo un lugar poco accesible. Y por ello mismo es todavía un mito. Todos los viajeros que persiguen en los lugares que visitan el reflejo fugaz del pasado y el mito que cada destino encierra encontrarán en la vieja y perdida isla de Socotra un profundo aliciente. Y descubrirán en el libro de Jordi Esteva el modo de acercarse al misterio y a todas las fantasías que rodean a esta isla única de manera directa, paso a paso y con el detalle de quien le ha dedicado el interés y la pasión.

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domingo, 18 de diciembre de 2011

Mahabhárata. La gran guerra del clan de los Bháratas

Mahabhárata. La gran guerra del clan de los Bháratas

Introducción de Álvaro Enterría e ilustraciones de Gol
Olañeta / Índica Books, 2011
72 pp.

Doscientos mil versos, tantos como siete veces la Ilíada y la Odisea juntos, no son tarea fácil para el lector. Por eso hay que dar la bienvenida a su adaptación a un formato más claro, más llevadero y de muchas menos páginas...



Introducción de Álvaro Enterría e ilustraciones de Gol
Olañeta / Índica Books, 2011
72 pp.





Doscientos mil versos, tantos como siete veces la Ilíada y la Odisea juntos, según advierte la introducción al libro, no son tarea fácil para el lector, ni aparecen como un proyecto de lectura excitante al que dedicar un buen pellizco de tiempo. Y sin embargo, el Mahabhárata es uno de los grandes libros de la humanidad en el que se sustenta, más que una cultura, una civilización entera. Sus enseñanzas siguen vigentes, sus episodios se estudian en la escuela y su universo envuelve a la sociedad india, que encuentra en él sus raíces.

Por ello, porque su tamaño excede a lo que hoy se entiende por un libro, porque su lejanía lo sitúa en un terreno poco o nada conocido para el común de los lectores en lengua española y porque su vigencia es enorme todavía hoy para millones de personas, es por lo que tiene sentido su adaptación a un formato más claro, más llevadero y de muchas menos páginas.

La sorpresa, y quizás algo de prevención, aparece cuando conocemos que la versión de la que hablamos tiene la forma de un cómic. Por eso conviene que aclaremos las cosas, porque es cierto que la idea de un libro que resume la sabiduría de la humanidad casa mal con su entrega a modo de tebeo.

La primera pregunta es qué es el Mahabhárata. Y la respuesta viene en la brillante exposición con que Álvaro Enterría introduce el libro. La sola implicación de Enterría en la edición es una garantía de la calidad del libro y una primera llamada a que lo tomemos en serio. Álvaro Enterría es un profundo conocedor de la cultura india. Su libro La India por dentro, excelente, cualquiera que sea el aspecto por el que se lo mire, acredita esta afirmación. Su labor en las primeras páginas del libro consiste en contarnos lo que es, en darnos las claves de su importancia y en introducirnos en su sorprendente complejidad.

El Mahabhárata pretende ser –y es para los indios- el compendio del conocimiento humano, el corazón mismo de la humanidad. “Lo que está aquí –afirma en algún momento- puede encontrarse en otros lugares, pero lo que no está aquí no se hallará en ningún sitio.” Nada hay, pues, en el exterior de Mahabhárata, fuera de sus límites. Y bajo esta premisa, Enterría nos guía por el libro y nos ayuda a interpretar tanto sus evidentes contradicciones como su profunda sabiduría.

Hay que hablar de contradicciones porque es la historia del clan de los Báhratas lo que va desgranando el libro a lo largo de sus casi infinitos versos. Y en cualquier intento de reflejar la realidad y de relatar la aventura de los hombres sobre la tierra surgen situaciones que compromenten el comportamiento recto y enturbian la bondad original que debiera guiar todos los actos. La de los Báhratas es una historia de reyes, príncipes y guerreros en cuyas aventuras intervienen los dioses, que se apiadan de los hombres, y en la que se ven reflejadas las penurias de la existencia en la tierra. La bondad y la maldad, la moralidad, las virtudes y los vicios tienen cabida en el comportamiento de los personajes. Y en su reparto a lo largo de la acción muestran también cómo los virtuosos incurren en la perversidad y cómo no todo es lo que parece. Para sorpresa del lector occidental acostumbrado a conceptos morales claros, no hay aquí buenos del todo ni malvados desprovistos de un rastro de bondad. El deshonor o la infidelidad pueden ir del brazo de la bondad y de la rectitud de intenciones. Porque lo cierto es que, trazando a través de la palabra el transcurso de la vida de los hombres, la misión del Mahabhárata es poner en guardia sobre la realidad e introducir también en el ámbito de la bondad aspectos del mal que irremediablemente la acompañan y que forman parte del mundo.

Alvaro Enterría nos lleva de la mano por los grandes temas. Y nos abre también los ojos en lo que concierne a los pequeños para ayudarnos a sacar el jugo a la historia. Nos ayuda, por ejemplo, con los personajes, numerosos y enlazados por complejas relaciones para evitar que nos perdamos en la lectura. Nos cuenta quienes son, sus lazos familiares, su carácter y con ello nos da pistas para seguirlos a lo largo del relato.

Hasta aquí, todo lo dicho afecta al contenido. Por supuesto, el dibujo y la adaptación de la historia a sus exigencias tiene una importancia primordial. Ha sido resultado de un trabajo exhaustivo tanto de ilustración como de interpretación de aquello que se quería contar. El resultado -hay que agradecérselo a Gol- ha sido excelente. Un dibujo cuidadísimo, de colores brillantes y de ambientación viva y llena de detalles dan luz al libro y convierten la lectura en un animado espectáculo lleno de interés.

La transcripción del Mahabhárata al cómic supone un gran empeño y requiere de un esfuerzo largo y sostenido. El libro que se presenta ahora con el subtítulo de Los Pándavas es el primero de una trilogía que compondrá la obra completa. Los dos siguientes vendrán a continuación. Habrá que esperar a que aparezcan para avanzar en la lectura y conocer hasta el final esta narración. Una narración, que pretende ser la historia del mundo y aportar una luz, poderosa y sabia, con que iluminar a los hombres en el transcurso de su existencia.

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lunes, 12 de diciembre de 2011

Un crimen en Calcuta

Un crimen en Calcuta

Paul Theroux
Alfaguara, 2011
362 pp.

Cadáveres, sacrificios en templos, prostitución... dan vida a una Calcuta teatral, bastante de opereta, pero que divertirá al lector, que pasará un buen rato entretenido con la novela.



Paul Theroux
Alfaguara, 2011
362 pp.





Hay un punto de desconcierto con la lectura de Un crimen en Calcuta. Se diría que Theroux hace en su novela un ejercicio de estilo y se propone un juego con el lector. Un juego que irá desgranando a lo largo de las páginas del libro y que administrará mediante situaciones inverosímiles que cualquiera consideraría torpes si no vinieran de un autor avezado y con muchas horas de vuelo.

Aparece en la trama un recurso a espejos y a reflejos en el que queda patente la ironía sobre la que discurre la novela. Todo gira en torno a un escritor, de viajes por más señas, relativamente famoso, harto de ir de un sitio a otro y al que Theroux vapulea. Cansado de dar conferencias y de soportar a sus lectores, aburrido y, más que en la madurez de la vida, a punto de ser vencido por la edad, en el declive inevitable que acompaña al paso de los años.

¿Es el propio Theroux, que se maltrata y juguetea consigo mismo? No. Pero el lector –y el autor lo sabe- no puede sustraerse a la idea y tendrá en más de una ocasión presente esta posibilidad.

El título del libro habla ya de intriga. Un crimen en Calcuta nos devuelve al Theroux de La calle de la Media Luna. Pero entre un libro y otro ha pasado una eternidad y Theroux ha bajado sus exigencias. Se ha propuesto divertirse a costa de conceder un respiro a la tensión narrativa y de rozar el tono de la caricatura en esta incursión en el género negro.

El arranque de la novela da la impresión de un ejercicio de manual cuyas claves conoce el lector después de leer los clásicos del género. Sólo hay que sustituir San Francisco o Los Ángeles por Calcuta, al detective hundido en la miseria por nuestro escritor sin ideas sobre las que escribir y la cochambrosa oficina en un edificio de mala muerte por una habitación de hotel de segunda sin gracia ni interés ninguno. Y como mandan los cánones aparece inesperadamente un encargo que más que una investigación es un embrollo detrás del que hay una atractiva y misteriosa mujer.

La intriga está servida en un escenario donde se mezclan indios y norteamericanos y cuyos decorados son las calles de esta ciudad oscura y misteriosa también que un extranjero no llega a conocer jamás. Por supuesto, el tono de la novela obliga a presentar una Calcuta melancólica y a menudo despreciable. “Calcuta estaba toscamente enyesada y pintada de mala manera, las columnas corintias, los capiteles jónicos, las balaustradas curvas, los pórticos y mucho de lo que parecía mármol era en realidad madera pintada de blanco. No era hermosa…” Y para alimentar a la maldad, que siempre hay detrás de la novela negra, los personajes que desfilan en primer o en último plano son gente en los que desconfiar. Los indios con su formalismo engañoso, su apariencia y nada más que apariencia servil, su incierta espiritualidad, su moralidad sospechosa de pactar con la realidad más reprobable no salen tampoco bien parados.

La novela negra es lo que tiene y Theroux se aplica a ella respetando las normas al uso de principio a fin. Seguramente, una reflexión más elaborada que la que haría el detective de turno es lo que da a Un crimen en Calcuta un aire más literario. Una reflexión sobre el escritor, la inspiración, la soledad, el amor y numerosas generalidades más … que diluye el discurrir de la intriga en muchas partes del libro y se detiene en el discurso filosófico de nuestro casi siempre atormentado escritor.

Después de tanta literatura sobre la India -una de corte más social, otra de intensa actualidad, otra de pura ficción- la incursión de un escritor occidental, famoso por más señas como es Theroux, en el género de la novela negra y sin grandes preocupaciones es una novedad y tiene su indudable atractivo. Cadáveres, sacrificios en templos, prostitución, escenas de erotismo subido, personajes peligrosos, mendigos, viajes nocturnos en tren …  son las piezas que dan vida a la novela, lo mismo que la ciudad de Calcuta, presente todo el tiempo, a lo largo de la acción. Una Calcuta teatral, bastante de opereta, pero que divertirá al lector, que pasará un buen rato entretenido con la novela.

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lunes, 5 de diciembre de 2011

La casa de la araña

La casa de la araña

Paul Bowles
Austral, 2011
500 pp.

En la lista de escritores enamorados de Marruecos, Bowles ocupa un lugar principal. Conocer Marruecos de la mano de Bowles es para el lector una ocasión que hay que aprovechar cuando se presenta....



Paul Bowles
Austral, 2011
500 pp.





“Quienes toman amigos, en lugar de tomar a Alá, son semejantes a la araña que se ha hecho una casa. Y la casa más frágil es la de la araña…” (El Corán)

En la lista de escritores enamorados de Marruecos, Bowles ocuparía necesariamente un lugar principal. Además de su intenso interés y aprecio por el país, la experiencia que acumula de su vida en Tánger dan a sus libros una profundidad especial. Conocer Marruecos de la mano de Bowles es para el lector una ocasión que hay que aprovechar cuando se presenta.

La casa de la araña es un libro extrañamente actual. Transcurre en los años cincuenta, durante el período de la colonización francesa. Podría parecer un momento perdido ya en la historia, cuando del colonialismo no quedan casi ni los recuerdos. Pero el asunto del libro va más allá porque lo que a Bowles le interesa es el conflicto entre la cultura tradicional y el progreso.

Hablamos de cultura tradicional que no es ni mucho menos sinónimo de atraso. Todo lo contrario. Cuando Bowles mira a la medina de Fez ve sabiduría y un poso de siglos en una manera de vivir, pensar y sentir que hace de Marruecos un lugar único y admirable. El conocimiento es una cosa y la sabiduría es otra, observa en alguna parte del libro. La sabiduría está en Marruecos y el conocimiento –que no es lo mismo- está en un occidente que ha elegido la prosperidad material como objetivo para el futuro.

El Marruecos arraigado en las tradiciones, el Marruecos sostenido por una sólida cultura de sensibilidad distinta a la de occidente, es el que preocupa a Bowles porque ve que está en camino de extinción. Ve que ha absorbido el veneno del deseo de modernidad en un juego perverso y seguramente sin solución. Los mismos que se revelan contra la ocupación francesa, los más ilustrados, los estudiantes de la universidad islámica, son los que reclaman el progreso y el alejamiento de la vieja tradición musulmana sobre la que se ha construido el país hace ya siglos.

En el prefacio Bowles explica su inquietud y da la pista al lector sobre el sentido que ordena la trama de personajes y de reflexiones con los que se teje esa casa de la araña que da título al libro.  Empieza el diciendo:

“Yo quería escribir una novela utilizando como telón de fondo la vida cotidiana de la ciudad de Fez, porque era una ciudad medieval activa en mitad del siglo XX. (…) Tenía el propósito de describir Fez tal y como existía en el momento de escribir acerca de la ciudad, pero cuando inicié la redacción empezaron a producirse una serie de acontecimientos que yo no podía ignorar. Enseguida comprendí que iba a tener que escribir, no acerca de la vida tradicional de Fez, sino sobre su disolución.”

Y escribe sobre su disolución en un diálogo a tres voces que dejan ver no solamente argumentos encontrados sino concepciones del mundo distintas que fijan las posiciones que están detrás de cualquier debate.  En apariencia, la vida de Fez es la de siempre, pero arranca Bowles creando el desasosiego en el lector. La hospitalidad, la conversación larga, el discurrir infinito de los tiempos que remiten a un mundo conocido y acogedor se mezclan bruscamente con un recorrido por la medina, tenso y amenazador que desorienta al personaje que centra la acción y que despierta en él todas las dudas sobre el Marruecos que lo rodea. Detrás del aprecio caluroso que siente por Fez asoma el sentimiento dormido de la desconfianza que despierta la tortuosidad de sus habitantes, su inclinación a la mentira, su rigidez, su afición a complicar lo simple…

Tres personajes centran la novela de Bowles. Seguramente, el más interesante es Amar, un adolescente, de mentalidad independiente, de extracción humilde si a posición económica se refiere, pero de familia muy señalada en la consideración religiosa dentro de su comunidad. Amar es casi un personaje de las Mil y una noches, un chaval de la calle, atado a sus raíces pero que descubre que el mundo es distinto del que reclama la tradición y exige posiciones -¿traiciones?- nuevas. Stenham es un escritor americano atrapado por el exotismo de Marruecos y por la indolencia que acompaña al paso del tiempo y al largo y trabajoso progresar de su novela. Finalmente, Mme. Veyron, se abre paso como una americana, independiente, viajera y más sensible a los argumentos de desarrollo del país que a los sentimientos románticos de mantener las tradiciones.

Un Fez sobre el que se ciernen las nubes de la rebelión, donde policías y soplones tratan de mantener el orden colonial amenazado por una medina a punto de explotar sirve de escenario sobre el que se plantea el papel del Islam en el mundo moderno, los objetivos de los activistas educados en busca de progreso, la pérdida de los viejos valores, el desencanto, la dureza de la incertidumbre … Fez, una vez más, acaba siendo la protagonista de una historia compleja que empezó hace siglos y que sigue siendo hoy de actualidad.

En un mundo lleno de novedades, casi todas imprevistas por quienes les tocó vivirlas, la azora de la casa de la araña es un aviso a navegantes y un toque de atención para quienes han desoído los mandamientos divinos:

“Contra unos enviamos una tempestad de arena. A otros les sorprendió el Grito. A otros hicimos que la tierra se los tragara. A otros les anegamos. No fue Alá quien fue injusto con ellos, sino que ellos lo fueron consigo mismos.
Quienes toman amigos, en lugar de tomar a Alá, son semejantes a la araña que se ha hecho una casa. Y la casa más frágil es la de la araña.”

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martes, 29 de noviembre de 2011

Grandes viajes. Un recorrido por las rutas más espectaculares

Grandes viajes. Un recorrido por las rutas más espectaculares

Lonely Planet - Geoplaneta, 2011
312 pp.

... tener el libro entre las manos y viajar con él desde el sillón de casa, hará volar la imaginación y ofrecerá a quien lo lea los momentos más estimulantes y las mayores satisfacciones.



Lonely Planet - Geoplaneta, 2011
312 pp.





Publicado por Pablo Strubell

No debiera empezar afirmando esto, pero me pregunto si no habría que pensarlo dos veces antes de regalar un libro así a un ser querido. Es arriesgado. Poner en manos de un amante de los viajes un libro como este, además de gozo, le puede producir una tremenda inquietud, desasosiego y una insaciable curiosidad. Puede resultarle casi cruel.

Su lectura produce inquietud pues será difícil no ponerse a soñar, a planear, a dibujar sobre el mapa las decenas de propuestas e ideas de rutas fascinantes que sugiere. El lector, indefectiblemente, se imaginará cruzando Asia Central tras los pasos de Marco Polo o recorriendo en coche la más cercana costa Amalfitana y disfrutando de sus aguas cristalinas…

También producirá curiosidad pues, además de referirse a las rutas que dieron fama a los grandes viajeros clásicos, el libro incluye una buena cantidad de recorridos y propuestas menos conocidas y obvias; descubrimientos que a todo viajero le gustaría, seguro, emprender. Incluso los más curtidos tendrán noticias de rutas casi ignoradas como el delicioso recorrido en tren del Royal Scotsman o el peregrinaje a Shikoku, por poner dos ejemplos.

El problema, si acaso eso es un problema, es que este libro invita a soñar desde el sillón de casa. A descubrir nuevas rutas, a conocer mejor sus entrañas, recorridos, hechos relevantes… Sus 312 páginas se dividen en 8 capítulos conformados por propuestas temáticas: Rutas míticas por tierra (la hippie trail, de Ciudad El Cabo a Cairo…), en ferrocarril (California Zephir, el Transiberiano…), exploradores y conquistadores (Ibn Batuta, Magallanes…), ríos y mares (fiordos noruegos, el Yangtsé…), antiguas rutas comerciales (ruta de la seda, ruta del ámbar…), viajes literarios (Theroux en el Pacífico, Julio Verne…), carreteras (la costa de Amalfi, Ruta 66…) y caminatas y peregrinajes (la ruta de los altos Prinieos, camino Inca hasta Machu Picchu…)

De cada propuesta el libro no sólo cuenta la historia, la ruta y los pormenores que la hacen singular, sino también los detalles más prácticos como son distancias, mejor época para el viaje, consejos a tener en cuenta… Todo esto se completa con un mapa que detalla la ruta y fotos a todo color y de gran calidad, que nos acaban por poner la miel en los labios. Y por si fuera poco, de cada ruta se incluye, además, una buena selección de bibliografía por si el lector no tiene suficiente con este libro y quiere empezar a planear, conocer y profundizar con nuevas lecturas las rutas sugeridas. Así que nos preguntamos ¿De verdad el viajero que hojea sus páginas no se siente incómodo, fascinado y a la vez frustrado? Desgraciadamente, no tendremos tiempo para emprender todos viajes sugeridos, aunque ganas no falten.

Si hay que buscarle un pero a esta edición en español es precisamente su traducción, que tal vez ha mantenido el texto demasiado próximo al original en inglés, en lugar adaptarlo a un estilo más propio del castellano al que estamos acostumbrados. También es cierto que los mapas podrían ser más precisos, pero siendo como es este libro una fuente de inspiración, no es algo tan relevante como para ser considerado un defecto.

Así que, lo dicho: piénselo dos veces si creía que este libro le iba a hacer feliz a usted o a quien se lo fuera a regalar, si ese es el caso. El efecto resultante puede ser el opuesto, aunque, lo más seguro es que tener el libro entre las manos y viajar con él desde el sillón de casa, hará volar la imaginación y ofrecerá a quien lo lea los momentos más estimulantes y las mayores satisfacciones.

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lunes, 21 de noviembre de 2011

África en 10 palabras. Mi manual de supervivencia en la jungla de asfalto

África en 10 palabras

Jordi Serrallonga
Plataforma editorial, 2011
159 pp.

¿Viajar para qué? Las respuestas pueden ser muy variadas. Pero para Jordi Serrallonga una de estas respuestas es: para aprender a vivir allí donde uno vive normalmente...



Jordi Serrallonga
Plataforma editorial, 2011
159 pp.





¿Viajar para qué? Las respuestas pueden ser muy variadas. Pero para Jordi Serrallonga una de estas respuestas es: para aprender a vivir allí donde uno vive normalmente.

Bueno, aclaremos las cosas. Quienes siguen a Serrallonga saben que visita con regularidad África en su papel de arqueólogo. Su interés es, en primer lugar, científico. Trata de encontrar los rastros del pasado. Pero resulta también que el lugar donde uno trabaja acaba por convertirse en un entorno familiar. Un entorno que con el tiempo se conoce profundamente y que suscita en quien las vive un sinnúmero de experiencias que acaban por dejar huella. Jordi Serallonga no esconde la huella que África ha marcado en él. Al contrario, la examina y extrae de ella las lecciones que para un hombre moderno, hecho, como él dice, a la ‘jungla de asfalto’ se derivan.

Serrallonga cuando ve África mira, en realidad hacia atrás. Los historiadores suelen hacer lo mismo, pero están más cerca del presente. Serrallonga, como arqueólogo, dilata su espacio temporal para extenderlo hacia el pasado siglos y siglos. Y por ello mismo, en lugar de detenerse en los accidentes se acerca a las esencias, a las grandes verdades que constituyen la realidad de los hombres y de las sociedades. Va a las raíces. Busca aquello que está en la base y que el tiempo modifica para dar la apariencia de diversidad.

África en 10 palabras es eso. Es la esencia de un continente a partir de diez palabras que definen toda su sabiduría. Que representan la expresión más sintética de su ADN. Aquellas que permiten seguir el hilo a una forma de vida que arranca con la aparición del género humano.

Gracias, hola, lo siento, mujer, hombre, agua… así hasta diez, son los nombres en nuestro idioma de los capítulos del libro que reflejan realidades que todos conocemos bien. Pero que en África tienen otros significados, distintos de los nuestros, porque la vida allí es también distinta y recoge experiencias, necesidades y aspiraciones que nosotros no vemos, que hemos perdido, que están fuera del alcance de nuestra sensibilidad. Pero no se trata de significados ajenos. Contienen los valores de estos abuelos que son, para el hombre ‘civilizado’, los viejos africanos que no perdieron el contacto con sus orígenes.

¿Valores obsoletos? Para Serrallonga no. Más bien valores arrinconados por la evolución que han sufrido a lo largo del tiempo las formas de vida humanas en su búsqueda de subsistencia y de progreso. Pero valores cargados de sentido, aleccionadores y positivos para la convivencia incluso en la ‘jungla de asfalto’ en la que vivimos.

Hay en África en 10 palabras la eterna contradicción entre tradición y progreso. Serrallonga no la evita y se sitúa en muchas ocasiones al borde de la utopía, en ese terreno próximo al mito del buen salvaje que nos habla del pasado como de un paraíso perdido. Pero justamente se aproxima a esta línea para acercarnos a una sabiduría propia de los primeros humanos que hemos perdido de vista y que es preciso conocer. Y también para plantear la dificultad que supone la adaptación de las sociedades más antiguas a la imposición de esa cultura invasiva e inapelable que es la del ‘progreso’.

En África en 10 palabras el arqueólogo escribe, codo con codo, junto al hombre. Habla de respeto y de sentimientos. Expresa gratitud hacia los valores que vienen de antiguo y hace una llamada a terminar de una vez con la vieja costumbre de seguir ‘considerando a los africanos más como primitivos salvajes –capaces de meter en la olla al buen explorador blanco- que como personas capaces de organizar, para bien o para mal, su propio destino.’

África en 10 palabras se convierte así en un libro para la reflexión, una reflexión saludable que recuerda al lector que también es un poco africano y que debiera, para conservar su humanidad, aproximarse a sus orígenes y mirarse, de vez en cuando en África como si fuera un espejo.

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lunes, 14 de noviembre de 2011

Los días contados

Los días contados

Miklós Banffy
Libros del Asteroide, 2011
668 pp.

Cinco ediciones en menos de tres años dan motivos para hablar de Los días contados, el primer volumen de la trilogía de Miklós Bánffy que dedica a su tierra, Hungría...



Miklós Banffy
Libros del Asteroide, 2011
668 pp.





Cinco ediciones en menos de tres años dan motivos para hablar de Los días contados, el primer volumen de la trilogía de Miklós Bánffy que dedica a su tierra, Hungría y que se centra en los primeros años del siglo XX.

Pero además de este éxito editorial, que no hace más que confirmar que se trata de una novela extraordinaria, justifica el que se hable de ella el hecho de que trata de una región crucial en Europa, cuyo pasado se siente todavía hoy, cuando se viaja por por sus capitales.

Ni por asomo estamos ante nada parecido a un libro de viajes, tal y como se observa enseguida. Es un novelón que desgrana lentamente la vida y el paso de los días de unos personajes que componen la alta sociedad que se mueve entre la alejada Transilvania, en lo que hoy es Rumanía, Budapest y Viena y que retratan un mundo y una época. Un mundo y una época pasados -hablamos de muy a principios de siglo XX- y sin embargo no tanto como para haberse borrado del todo.

La complejidad de este conglomerado de países que compusieron el Imperio Austrohúngaro, requiere, para quienes vivimos alejados de centroeuropa, una explicación a través del detalle de la cotidianidad. De una cotidianidad que, en el libro que nos ocupa, mira a la nobleza y al entorno que la rodea de ricos propietarios, políticos, negociantes, jugadores de cartas, bellas damas que viven en palacios, en castillos y en grandes mansiones y que deja tras ella ese legado opulento que marca todavía el carácter de tantas ciudades.

Palacios, casinos, grandes fiestas, pasiones, intrigas y maldades son los elementos visibles de una trama, llena de emociones y a ratos de fuerte tensión, que anuncia también el abismo hacia el que los distintos países del imperio se dirigen de forma inexorable. La política está presente en la novela y marca con sus continuas crisis el suelo inestable sobre el que se mueven los personajes y que amenaza al mundo en que viven.
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Gloria y declive, fuerza para construir las capitales más espléndidas y desorientación para caer en la parálisis, inconsciencia sobre todo lo que va más allá del horizonte doméstico cimentan la escena y alimentan la hoguera que iba a hacer al imperio entero víctima de su propia historia y de la historia de una Europa que rodaba en una dirección distinta, a la que no se supo adaptar.

Un magnífico prólogo de Mercedes Monmany centra la novela, la situación histórica que envuelve el escenario donde se desarrolla y la vida del autor, un personaje, más que singular, sobresaliente. Miklós Banffy, noble transilvano, fue pintor, dramaturgo, músico, escenógrafo, diplomático y político. Y destacó en todas las áreas. Fue ministro de Asuntos Exteriores de Hungría y como escritor tuvo enorme éxito hasta que durante el período de dominación comunista sus obras fueron censuradas.

Copio las primeras líneas del prólogo de Mercedes Monmany porque ella introduce mejor que nadie el libro:
“Con una alta dosis de ironía y con la melancolía propia de los que contemplan con lucidez el fin de una época y de los que embriagados de alegría y fiesta incesante la vieron escurrirse como brillantes y eternos granos de arena entre sus torpes dedos, el gran escritor, político y aristócrata húngaro Mimlós Banffy(…), notario o escriba de una clase decadente que se asomaba sin saberlo a su propio abismo, decribirá a la aristocracia húngara entre la que había crecido con el solo fin, probablemente, de salvar su alma de la quema y dejar testimonio de ello.”

Estamos ante una novela de personajes complejos, de pasiones, de situaciones que muestran a esa sociedad de aristócratas y de notables, luminosa pero al mismo tiempo en declive, dominada por sus propios demonios y apesadumbrada por la contrariedad y por los lastres que arrastra. Resuenan, en la melancolía del relato y de sus personajes, escenas de El gatopardo y, en la falta de futuro, esa tragedia, no consumada todavía en los momentos que viven los personajes, que fue para Hungría la desmembración de su territorio repartido tras la primera guerra mundial entre los países vecinos.

Una novela excepcional aguarda al lector y ayuda, a través del complejo mundo que desvela, a comprender aspectos del presente, en los que se refleja todavía y con nitidez, el brillante y evocador pasado del que nos habla Los días contados.

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martes, 8 de noviembre de 2011

Misión en La Habana, Sevilla y otros relatos

Misión en La Habana, Sevilla y otros relatos

Norman Lewis
Altair, 2011
195 pp.

Misión en La Habana, un libro de relatos cortos, cada uno con entidad propia, que se lee con sumo interés, con un punto de intriga y también de humor en muchos casos...



Norman Lewis
Altair, 2011
195 pp.





¿Deslibrado? Me refiero, ¿sin un libro entre las manos con el que pasar un buen rato? La solución puede bien ser Misión en La Habana… , un libro de relatos cortos, cada uno con entidad propia, que se lee con sumo interés, con un punto de intriga y también de humor en muchos casos.

Norman Lewis es un valor seguro en la literatura de viajes. Juega a su favor su vocación por la aventura, también esa herencia propia de los viajeros ingleses que se llama curiosidad por las cosas y su forma extraordinariamente amena de escribir. Y seguramente juega también a su favor el rumor de haber ejercido de espía, oficio que le habría hecho meter las narices en lugares y asuntos particularmente interesantes y con una mirada especialmente perspicaz.

Los relatos que componen su libro fueron publicados en forma de artículos en distintos periódicos a lo largo del tiempo y siguen teniendo el interés que tuvieron la primera vez que salieron a la luz. Cada uno de ellos es un pequeño informe sobre la realidad.

Misión en La Habana… se presenta, en el subtítulo, como un libro de crónicas de viajes. Cuba, Cerdeña, Bolivia, Sevilla… ocupan sus páginas y le dan la soltura de la variedad. Pero además los temas de cada una de estas crónicas no pueden ser más distintos. Lewis, a diferencia de otros viajeros, no va tanto a la caza del exotismo como de la actualidad. Su relato es más periodístico y más centrado en un tema. Cuenta, al final de la Segunda Guerra Mundial su participación en la entrega a los rusos de cosacos apresados por los aliados y que lucharon en el bando alemán. Cuenta el encargo que le hicieron de averiguar cual iba a ser el resultado de la rebelión de Fidel Castro en Cuba cuando la situación andaba todavía confusa y no estaba claro en qué podía terminar. Habla de Sevilla en la época de la ‘transición’ con escenas que refrescarán la memoria del lector, vistas con mirada aguda y siempre con referencias a personas y a hechos concretos que transmiten vida y sensación de realidad al relato.

Lewis es un perro viejo y por ello mismo pone distancia frente a aquello de lo que habla. Y con ella, con esta distancia, pone también un matiz de buen humor. Su periplo por el fenómeno del bandidaje en Cerdeña podría haber dado pie a un relato trágico. Y el fracasado viaje en busca comunidades indígenas en Panamá hubiera podido resultar una letanía de reproches a la ineficacia de quienes le prepararon la ‘aventura’. Pero Lewis mantiene la sonrisa. Contempla con malicia el entorno y aplica ironía y gracejo a lo que ve, sin perder por ello el sentido de la realidad y sin descafeinar su dureza allí donde se encuentra. En el caso del genocidio de los indios guayakí en Paraguay su denuncia no puede ser más explícita y no deja espacio alguno a las contemplaciones.

En Misión en La Habana, Sevilla y otros relatos, Norman Lewis vuelve a mostrarse como un escritor extraordinariamente ameno y como un maestro del género de la literatura de viajes. Cualquier aficionado a ella disfrutará con todas y cada una de las crónicas de esta nueva entrega.

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miércoles, 2 de noviembre de 2011

Chowringhee

Chowringhee

Sankar
Seix Barral, 2011
539 pp.

Calcuta, a mediados de siglo XX. Este el escenario en el que se desarrolla esta novela, que fue un éxito editorial en la India y está siendo recibida ahora, con alborozo, en occidente...



Sankar
Seix Barral, 2011
539 pp.





Calcuta, a mediados de siglo XX. Este el escenario en el que se desarrolla esta novela, que fue un éxito editorial en la India y está siendo recibida ahora, con alborozo, en occidente. Cuenta la solapa del libro que el autor, con unos cuantos best sellers en su haber, es uno de los novelistas más leídos en la India contemporánea.

Sin duda, Calcuta da materia para novelas de tono y contenido muy distintos. El drama viene enseguida a la mente, pero está claro que hay una raza de escritores indios a quienes el desparpajo les puede, por encima de todo lo demás, y el humor es la clave con la que se sienten cómodos a la hora de dar vida a sus ficciones.

Sankar es en este libro uno de ellos y apuesta por un tono pícaro para contar las andanzas del protagonista, un joven empleado de oficina que pierde el trabajo y ha de buscarse la vida en un entorno inhumano y amenazador.

¿Una tragedia? Nada de eso, porque la vida cuando se mueve a ras de suelo evita los sentimentalismos y obliga a espabilar para salir del atolladero. Y el autor, colaborando con la vida, inventa soluciones y se busca artificios para que la acción discurra por cauces que invitan mucho más a la sonrisa que a las lágrimas.

Por supuesto, a nuestro atribulado personaje lo persigue la desgracia. El mundo es arisco para él y aprieta pero no ahoga. Y justamente, en ese acontecer de las cosas, donde siempre hay escapatorias que ayudan a sobrevivir (a veces casi milagrosas) es donde nuestro hombre, joven, ingenuo y dotado de bondad natural, descubre una filosofía de la vida. Descubre el camino de la ‘maldad’.

“Estaba solo en este mundo egoísta y la única manera de seguir mi propio camino era a través del ingenio y la astucia (…) Jamás sería invitado de honor a esos alegres festejos de la vida, de modo que tendría que colarme por la puerta de atrás”.

Y Sankar cuela a su personaje por la puerta de atrás en el opulento mundo del lujo y de la riqueza poniéndolo tras el mostrador de la recepción del más elegante hotel de Calcuta. Clientes ricos que van y vienen, cargados con sus manías y sus historias, componen el nuevo paisaje que se abre ante sus ojos, además de un plantel de compañeros de trabajo, todos ellos cargados, también, con una buena dosis de extravagancia.

Los ingredientes están sobre la mesa para cocinar con ellos las situaciones más absurdas. Más que los incidentes propios de la vida en un gran hotel son los líos propios de la vida misma los que se enredan ante los ojos de nuestro hombre, lo involucran y crean mil y una situaciones con sus respectivas dosis de humor. La India desfila, así, ante el lector, y compone una comedia, donde los personajes se ríen de sí mismos. El mundo de Calcuta se hace caricatura y los duelos se convierten en regocijo.

Chowringhee es el barrio elegante donde se asienta el hotel Shahjhan que para su novela ha construido Sankar. Un microcosmos por el que asoman retazos de la ciudad entera y de mucho más allá. Quien desee acercarse a la India con la falta de rigor que lleva consigo la picaresca y la falta de complejos que demuestra el autor deberá dirigir sus pasos a Chwringhee con la seguridad de que pasará un buen rato entretenido en la lectura.

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lunes, 24 de octubre de 2011

Pyramiden. Retrato de una utopía abandonada

Pyramiden

Kjartan Flogstad
Interfolio, 2011
288 pp.

Hallarse frente a un libro raro es la primera sensación que deja la lectura de Pyramiden. Porque raro empieza por ser el tema del que nos habla. Trata de Pyramiden, una ciudad en Noruega de la que probablemente nadie habrá oído hablar antes...



Kjartan Flogstad
Interfolio, 2011
288 pp.





Hallarse frente a un libro raro es la primera sensación que deja la lectura de Pyramiden. Porque raro empieza por ser el tema del que nos habla. Trata de Pyramiden, una ciudad en Noruega de la que probablemente nadie habrá oído hablar antes. Pero además una ciudad cuya existencia roza el absurdo.

En la Noruega perteneciente a la Otan, en la frontera con el telón de acero, se levanta una ciudad soviética que estará activa hasta muy al final de los años noventa. Se trata de una población creada en torno a una explotación minera, situada en el círculo polar ártico, en el remoto archipiélago de las Svalbard. Ninguna otra explotación en el mundo está en un entorno tan inhóspito, y aislado del mundo. Es una creación extrema, casi imposible, como extremo es, en un país occidental, el hecho de ver un busto de Lenin junto al palacio del Pueblo, así como carteles con consignas o con mensajes de bienvenida escritos en letras cirílicas.

Esta ciudad imposible existió hasta que fue abandonada, con su biblioteca, comedores para los empleados, edificios de viviendas para los mineros y toda clase de instalaciones industriales. Y hoy permanece fosilizada como una reliquia de tiempos pasados para viajeros curiosos dispuestos a llegar al remoto norte para ver con sus propios ojos los residuos de lo que parece que fue un experimento de ciencia ficción.

El absurdo de este Pyramiden soviético, incrustado en una isla entre hielos acompaña a todo el libro de Flogstad. El autor, una de las firmas más relevantes de la actual literatura noruega, aprovecha la existencia de la ciudad para buscar en lo más profundo de la relación del hombre con la minería y, a través de ella, con la naturaleza y con la vida misma.

La existencia de la ciudad, bajo la poderosa imagen de la montaña piramidal que le da nombre, la artificialidad de su localización, la singularidad de sus raíces rusas, la atmósfera fantasmal que hoy la rodea abren un universo entero para la reflexión como si se tratara del viaje a un mundo más imaginario que real. Alrededor de la calle, de la vía de ferrocarril abandonada o de la boca de la mina, Flogstad lleva sus reflexiones a los viejos mitos del trabajo subterráneo, en Noruega o en los Andes, a las resonancias psicoanalíticas de perforar las entrañas del suelo para alcanzar la negra veta del mineral de carbón, al universo heroico del trabajo más duro que resulta el punto de encuentro de rusos, ucranianos y noruegos, a la extraña vinculación que puede unir a Moscú con un territorio perdido en el Ártico que abandonará cuando las fuerzas para escarbar en la tierra decaigan o cuando el precio del mineral haga poco atractiva la actividad en un lugar tan ajeno.

Casi no hay hilo que organice el recorrido del libro, porque el poderoso hecho de la existencia –real, y no imaginaria- de Pyramiden alimenta una tras otra disgresiones que se van añadiendo en forma de sucesivas luces para dar nuevos matices a este lugar único y absurdo y que componen un relato lleno de reflejos en las direcciones más diversas.

Noruega es bien conocida por sus fiordos, por su geografía boscosa de relieves intrincados y de páramos donde se mezclan cascadas y glaciares. Con Pyramiden asoman los restos de un episodio excepcional fuera de las rutas que figuran en las guías o en el itinerario habitual de los viajeros. Pyramiden hace un guiño a quienes se dispongan a abandonar los caminos trillados y quieran acercarse a una realidad extraña pero que habla a quienes la visitan de multitud de temas tal y como nos muestra Flogstad en su libro. Una Noruega rara, una ciudad rara, un abanico de sensaciones raras y una rara selección de reflexiones componen este relato sorprendente que llamará sin duda la atención del lector.

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lunes, 17 de octubre de 2011

A pesar de los dioses. El extraño ascenso de la India moderna

A pesar de los dioses

Edward Luce
Península, 2011
449 pp.

Sin lugar a dudas, algunos de los asuntos de los que trata Edward Luce mueven a escándalo y muestran una India llena de problemas. Pero no es su intención cargar las tintas para mostrar un país en situación dramática sino todo lo contrario...



Edward Luce
Península, 2011
449 pp.





“De los 545 miembros del Parlamento de Nueva Delhi, unos cien cuentan con un historial criminal, lo que significa que han sido procesados por uno o más crímenes pero no condenados”.

Sin lugar a dudas, algunos de los asuntos de los que trata Edward Luce mueven a escándalo y muestran una India llena de problemas. Pero no es su intención cargar las tintas para mostrar un país en situación dramática sino todo lo contrario. Intenta poner las cartas –todas las cartas- encima de la mesa para explicar lo que desde la distancia parece casi un milagro: la salida del atraso y de la pobreza para integrar ese pelotón de cabeza, que componen también China y Brasil, de países en rápido desarrollo y con visos de convertirse en verdaderas potencias.

El caso es que no se sale del atraso de un día para otro, ni deja de ser verdad lo que ha sido un país para, de repente, convertirse en otra cosa. Hay que explicar los cambios, ver lo que queda de la historia pasada, medir bien hasta dónde llegan las novedades y reflexionar sobre el proceso que lleva de la una a las otras y de todo el recorrido que queda por andar. Esto es lo que hace Edward Luce, periodista radicado en la India desde hace tiempo, corresponsal de importantes medios internacionales y espectador de primera fila de todo lo ocurrido en el país en los últimos años.

De las contradicciones de esta carrera hacia la modernidad habla ya el título del libro. Y se ocupa en detalle el autor porque si hay un país con cultura arraigada y de características muy específicas, éste es la India. No es, pues, fácil de entender que el lugar donde millones de personas veneran a las vacas, creen que las piedras son dioses, o siguen en la estela del pensamiento de Gandhi -que vestía un sencillo lienzo de algodón, predicaba la importancia de vivir en las aldeas y de disponer de un humilde telar para producir la ropa que la familia necesitara-, sea al mismo tiempo el faro del ingenio tecnológico al que acuden las empresas de occidente para proveerse de los servicios más sofisticados.

Edward Luce hace un repaso tanto de las oportunidades, como de los lastres que impiden el verdadero progreso de la India y para ello entra en detalle en numerosos temas que iluminan aspectos fundamentales de la economía, de la política y de la sociedad. Todos enormemente interesantes y reveladores de la situación presente. Habla de los espectaculares avances en muchos aspectos: en el año 2000 había un total de tres millones de usuarios de móviles y en el 2005 había 4 millones de altas ¡cada mes! Pero al mismo tiempo, de 470 millones de personas, sólo 35 millones viven en el entorno de lo que se conoce como economía organizada –la que tiene contrato, paga impuestos, consta en los registros de las actividades económicas…- y de esos 35 millones sólo 14 se mueven en lo que llamaríamos actividades privadas, es decir, no son funcionarios. ¿Y cuántos se dedican a las TICs –las famosas tecnologías de la información y las comunicaciones-? Pues la miseria de un millón, en datos de 2006 que es cuando Luce escribe su libro.

“La economía india es extremadamente peculiar –dice Edward Luce-. Sus complejas plantas siderúrgicas están contribuyendo a desbancar del negocio a sus homólogas japonesas y estadounidenses. En sus elitistas hospitales privados se realizan operaciones de neurocirugía para una adinerada clientela árabe y trasplantes de cadera ara “turistas médicos” británicos de la tercera edad (…) El sector farmacéutico está listo para lanzarse a la producción de nuevos productos gracias a su propio potencial de investigación y desarrollo. Sin embargo, el nivel de vida de un número ingente de campesinos indios sigue sin rebasar los estándares africanos. Menos de un millón de indios produce más ingresos por exportación de TI y software que lo que varios cientos de millones de campesinos ganan a través de las exportaciones agrícolas.”

La corrupción, el comportamiento de esta masa enorme que forma el cuerpo de los funcionarios, la dificultad de reclutar a buenos profesionales para las tareas del Estado, la nueva cultura del dinero en oposición a la que se apoyaba en las viejas creencias, las complejas relaciones entre castas y política, los musulmanes, el nacionalismo hindú y un montón más de temas componen el libro y el abanico de ángulos desde los que se observa la India. Tantos ángulos y asuntos que seguramente hubieran dado para dos libros y que habrían servido para aliviar la digestión de uno solo, como el que nos ocupa, tan cargado de contenido. Un libro rico y extenso que se leerá con mucho interés y que da ocasión de poner en orden las ideas de esta India emergente que rueda veloz sobre la pista de despegue de las nuevas potencias mundiales.

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lunes, 10 de octubre de 2011

China

China

Vicente Blasco Ibáñez
Gadir, 2011
247 pp.

Suena a anacrónico recomendar a estas alturas la lectura de Blasco Ibáñez. Y más si se trata de un viaje. Pero un par de notas, casi seguro que olvidadas, sobre él llamarán la atención y nos avisarán de que se trata de un personaje muy singular...



Vicente Blasco Ibáñez
Gadir, 2011
247 pp.






Suena a anacrónico recomendar a estas alturas la lectura de Blasco Ibáñez. Y más si se trata de un viaje. El autor parece relegado a los libros de texto de bachillerato y lo que pueda contar, si se considera el tiempo transcurrido desde que escribió hasta hoy, ni tiene el valor del relato de los viajeros históricos ni tan poco el interés de lo actual.

Pero un par de notas, casi seguro que olvidadas, sobre Blasco Ibáñéz llamarán la atención y nos avisarán de que se trata de un personaje muy singular. La primera es que un libro suyo, traducido al inglés, fue el mayor éxito de ventas en los EEUU en el año 1919. Otra es que fue un viajero extraordinario y que al poco de terminar la Primera Guerra Mundial dio la vuelta al mundo, en una aventura que muy pocos se atrevieron a realizar en la época.

El resultado de este viaje insólito fue La vuelta al mundo de un novelista, una parte del cual, la que se refiere a China, es la que compone el libro que ahora nos ocupa y que publica Gadir.

Blasco Ibáñez visitó el país en 1923. Procedía de Corea y entra en China, por supuesto, en tren.  Recorre Manchuria, llega a Pekín, visita la Gran Muralla, sigue hacia Shanghai, navega hasta Hong Kong, va a Macao, pasa por Cantón...  Un largo recorrido a través de China le da material más que suficiente para hablar en profundidad del país. Y lo hace de manera ligera porque su capacidad de describir es grande y la soltura con la que cuenta lo que ve y con la que va abriendo temas que proporcionan luz sobre el país es tan ágil que el relato discurre sin dificultad y siempre desvelando aspectos interesantes.

De alguna manera, la China de Blasco Ibáñez suena a la China de hoy: un país salido del letargo,  abierto al progreso y sorprendentemente rico en la capital. Y es que, cuando emprende su viaje, hacía poco tiempo que el país había puesto fin al milenario régimen imperial y había instaurado una república. China se abría al presente, empezaba a recibir a los primeros turistas, edificaba en Pekín de la misma manera como se hacía en Nueva York y mostraba en los prósperos comerciantes una opulencia que llenaba de asombro.

El momento de la visita de Blasco Ibáñez a China es,  además, interesante porque en este cambio trascendental que abre el país al mundo moderno, resuenan las tradiciones y los recuerdos del pasado, que siguen aun vivos para mucha gente. La mirada hacia adelante y hacia atrás es todavía posible porque ha pasado muy poco tiempo desde que el emperador dejó sus atributos divinos y abandonó el poder. Y desde que el país entero empezó a vivir libre de las ataduras a unas tradiciones que lo sujetaban desde tiempo inmemorial.

China está en este momento en plena ebullición. Japón se ha instalado en Manchuria y se apresta a apropiársela. Las potencias occidentales tienen una fuerte presencia militar en el país que recuerda todavía la rebelión de los Boxers y que genera desconfianza en americanos, ingleses y franceses.  Los trenes circulan protegidos por el ejército para evitar los asaltos. La inestabilidad convive con el progreso, con la pobreza de una población enorme y con el peso de la tradición.

Los paisajes, las escenas callejeras, las costumbres, la familia, el papel del emperador, la arquitectura, las rarezas de la cocina, los mendigos, los misioneros y mil temas más asoman en esta China que retrata Blasco Ibáñez con admiración y con curiosidad. Y componen un relato extraordinariamente ameno, nada pasado de moda como sería de temer, que retiene la atención del lector desde la primera a la última página.

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lunes, 3 de octubre de 2011

Derrota de Vasco de Gama. El primer viaje marítimo a la India

Derrota de Vasco de Gama

Isabel Soler
Acantilado, 2011
228 pp.

Derrota suele significar algo próximo a un descalabro. Pero los más marineros entienden que este mismo término señala la ruta que se emprende al navegar. Y por ahí es por donde debemos empezar cuando nos aproximamos a este libro excelente que nos habla del primer viaje a la India de Vasco de Gama...



Isabel Soler
Acantilado, 2011
228 pp.






Una advertencia para empezar. Hace referencia al título. Derrota suele significar algo próximo a un descalabro, a la pérdida de una batalla. Pero los más marineros entienden que este mismo término señala una dirección, la ruta que se emprende al navegar. Y por ahí es por donde debemos empezar cuando nos aproximamos a este libro excelente que nos habla del primer viaje a la India de Vasco de Gama.

Poco habituados estamos a mirar al pasado y a maravillarnos por algunos hechos históricos que marcaron no sólo el conocimiento, sino la vida de millones de hombres. El viaje de Vasco de Gama, poco después de que Bartolomé Díaz consiguiera doblar el Cabo de Buena Esperanza y por consiguiente aprovechando las noticias de este acontecimiento, fue un avance extraordinario en el conocimiento de la tierra y en la ambición de Portugal de convertirse en una gran potencia.

El relato de esta expedición, escrito por un oscuro personaje que participaba en ella, forma parte del libro del que hablamos. Son sus cimientos y está lleno de interés para el lector porque cuenta con espontaneidad total lo que su autor observa, consciente de que está contando algo por primera vez. De que está llevando noticia de un mundo nuevo, del que había indicios, y que el relato que escribe saca a la realidad del terreno de la imaginación, para llevarla al territorio de los hechos.

Pero antes de llegar a este relato, el libro empieza por un largo y jugoso prólogo de Isabel Soler. Si el texto original, el Roteiro da Primeira Viagem de Vasco da Gama, son los cimientos, el prólogo de Isabel Soler es el edificio que saca provecho de ellos y les da altura. Si el Roteiro cuenta lo que acontece durante el viaje, Isabel nos habla de Vasco de Gama, de Portugal, del contexto histórico, interpreta lo que el relato dice y también lo que no dice. Y hace todo ello desde una extraordinaria erudición que en ningún momento lastra el libro, sino todo lo contrario. Le da aire y va añadiendo ingredientes que suman interés.

A quienes no nos dedicamos a la historia nos sorprende la prolija documentación que se dispone de muchos acontecimientos que suponemos lejanos y perdidos en el tiempo. Los que tenían que ver con los descubrimientos, por la cuenta que les traía a reyes o a quienes esperaban sacar provecho de ellos, disponían de escribanos que tomaban nota puntual de los detalles y que han dado materia a los historiadores desde hace mucho tiempo. Pero hay puntos oscuros de los que poco se sabe o porque hay pocas noticias de ellos o porque la misma historia los ha interpretado de maneras que no han generado luz sino confusión.

Vasco de Gama está en este punto. Y por supuesto, lo está su viaje, que llega a nosotros en forma de epopeya a mayor gloria de Portugal pero que la realidad saca del terreno de los mitos para llevarlo al de los hechos más prosaicos y a menudo poco elogiables.

Vasco de Gama, nos  cuenta Isabel Soler es un hombre terco, duro en extremo, astuto y reservado. Nada tiene del héroe que se hace amar. Azota a sus hombres, somete a tormento a quienes piensa que no le son fieles, secuestra a los que le pueden servir de moneda de cambio, se apodera de naves que encuentra en el camino y las saquea… Es, desde luego, un hombre de su tiempo. El progreso de su expedición se basa en el uso de la astucia y la fuerza y se orienta por el objetivo de sacar provecho.

Astucia, fuerza, provecho… no son, desde luego, recursos exclusivos de Vasco de Gama, ni tampoco la crueldad extrema que en ocasiones despliega. Pero sorprenden cuando se observan al lado del discurso oficial que el rey don Manuel propaga de la misión divina que corresponde a Portugal de unir al mundo entero y restaurar su armonía bajo la fe cristiana y bajo el manto de su corona.

Vasco de Gama no sólo se comporta como un corsario. Es víctima también de una enorme ignorancia. Sus dotes diplomáticas son escasas, se sabe relacionar con reyes y con señores que encuentra a lo largo de su viaje desde la fuerza y pocas veces desde el diálogo, cosa que le juega, a menudo, malas pasadas.

Viniendo de un reino pujante como es Portugal entiende que está a la cabeza del mundo y ejerce la superioridad sin contestación alguna mientras viaja por África, por regiones aisladas donde parece haber sido el primer extranjero en llegar. Pero empieza a mostrar sus debilidades cuando tropieza con territorios donde el comercio ha llegado de manos de mercaderes musulmanes y su presencia no causa necesariamente admiración ni excesivo temor.

No comprende que los regalos que llenaban de alborozo a los reyezuelos tribales les parezcan poco a los reyes de las islas del Índico, acostumbrados ya a ver sedas, oro y marfil. No entiende que no debe apresar barcos si no quiere enfrentarse a los soberanos de las aguas en las que ejerce de corsario. Y no entiende que cuando llega a Calicut el rey no le trate a él como a un rey ni se someta a su autoridad.

Viaje epopéyico el de Vasco de Gama, pero frustrante porque la falta de entendimiento seguramente ha dado lugar a más enemigos que amigos. El regreso de Calicut es precipitado. La flota portuguesa sólo sabe mostrar músculo y bombardea la ciudad. Tampoco entiende Vasco de Gama que deba pagar impuestos y sale de madrugada a escondidas, perseguido por la flota de la ciudad que no admite tamaño descaro. Y el balance final de su largo viaje es un éxito clamoroso porque abre esa ruta de las especias por la que tanto suspiraban los portugueses, pero también una aventura llena de sombras lastrada por tantos desencuentros y tantos errores de interpretación, alguno de ellos tan grueso como fue la noticia de que la India era un reino cristiano.

Triunfo de Vasco de Gama, pero también derrota como sugiere la interpretación directa del título del libro. Porque Isabel Soler, en su magnífica explicación acompaña al lector a los versos de Os Lusíadas que reescriben la gesta marítima portuguesa y remodelan al personaje de Vasco de Gama y a su viaje para adaptarlo a la categoría de mito. La gran epopeya de las letras portuguesas dibuja el discurso que va a perdurar en el futuro porque Camoens será la voz sobre la que se asentará la gloria de Portugal.

La realidad, esforzada, heroica según se mire y reprobable también, deja paso al discurso glorioso del renacimiento que acompaña al crecimiento de las naciones y de sus grandes proyectos. Vasco de Gama, el personaje verdadero con sus claroscuros, se desvanece por necesidades del guion y aparece de nuevo convertido en un héroe más armónico, más próximo a lo que un mundo nuevo exige de sus grandes personajes.

¿Un libro demasiado teórico, demasiado académico? Nada de eso. Derrota de Vasco de Gama se lee con facilidad y también con emoción. Es un libro de viajes extraordinario. Y es el resultado de una intensa labor de interpretación que hace Isabel Soler y que agradecemos quienes conocemos poco y mal la historia de unos descubrimientos que nos debiera sonar mucho más próxima.

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lunes, 26 de septiembre de 2011

La vuelta de los 25

La vuelta de los 25

Marc Serena
Ediciones B, 2011
337 pp.

Los viajeros buscan excusas estupendas para dar la vuelta al mundo. La idea de Marc Serena ha sido original: se lanzó a conocer el mundo a través de otros jóvenes de 25 años, la edad que tenía él el día de su partida...



Marc Serena
Ediciones B, 2011
337 pp.





Publicado por Pablo Strubell

Hay viajeros que se buscan excusas estupendas para dar la vuelta al mundo en un año. Unos van en busca de músicas o comidas exóticas, otros a por aventuras y descargas de adrenalina, o los hay que siguen los pasos de antiguos exploradores o rutas de nombre mítico. La idea de Marc Serena fue más original: se lanzó a conocer el mundo a través de otros jóvenes de 25 años, la edad que tenía él el día de su partida.

Serena es, afortunadamente, de esos viajeros a los que les gusta compartir sus vivencias, su conocimiento, su viaje. A lo largo de su ruta escribió un blog (http://www.lavueltadelos25.com/) que además ganó el premio al mejor blog de habla no inglesa de la editorial Lonely Planet. Como eso no era suficiente ahora, dos años después, publica el libro La vuelta de los 25 en el que nos lleva de su mano a conocer a jóvenes de los cinco continentes. A lo largo de sus páginas viajamos por el cono sur de África, por algunos países asiáticos, Oceanía y América para acabar de regreso en Europa un año después.

La gran virtud de este libro es que no es un relato de viajes al uso. En sentido estricto no se debería considerar como literatura de viajes lo que cuenta en gran parte de sus hojas. Es, en realidad, una selección de entrevistas y conversaciones mantenidas con chicos de su edad, a través de los cuales podemos conocer mejor la realidad de la juventud y, gracias a ella, la situación de sus respectivos países.

Es un libro ameno y entretenido. Su estructura (dividido en 25 capítulos), pero sobre todo su estilo, hacen que la lectura sea fácil y rápida: frases cortas, directas, sencillas. Sin excesivas pretensiones literarias que difuminen a los protagonistas ni desvirtúen el fondo. Se nota que el autor es periodista y, a lo largo de todo libro, se mantiene humildemente en un segundo plano, escuchando, observando (con la agudeza de los mejores reporteros) y narrando. Da voz a los protagonistas que, al contrario de tantos libros de viajes, son los protagonistas del libro, no el autor del mismo. Ese desinterés por destacar, alejándose deliberadamente del primer plano, es una excelente muestra de humildad que enriquece el escrito.

El libro es, además, muy variado, aunque para algunos podrá parecer que tiene demasiados altibajos. Se nota en algunas entrevistas la estrecha conexión y el interés que siente por el entrevistado; en otras, en cambio, pasa casi de puntillas y las liquida en apenas 6 o 7 páginas quedándose además en la mera conversación. De hecho, en algunos capítulos (que para mí fueron los más interesantes) la descripción del lugar, del recorrido hasta llegar al joven o toda la información de la realidad que los rodea está tan lograda que se llega a echar de menos que todas las partes no tengan la misma riqueza e intensidad de detalles. Estoy pensando en los capítulos en los que conoce al DJ de Soweto, a la poeta de Zimbaue, al agente turístico de India, al pescador de Filipinas, al chamán peruano… pues en ellos combina a la perfección el interés periodístico con la mejor literatura de viajes.

Como único aspecto a mejorar en la próxima edición (que ya va por la segunda) sería revisar el texto para limar algunas incorrecciones gramaticales, sin duda derivadas del hecho de que el castellano no sea la lengua materna del autor. ¡Ah! E incluir un mapa para localizar los lugares visitados y ponernos así, aún más, los dientes largos a quienes soñamos con dar una vuelta al mundo como ésta.

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lunes, 19 de septiembre de 2011

Mi abuelo llegó esquiando

Mi abuelo llegó esquiando

Daniel Katz
Libros del Asteroide, 2011
237 pp.

Para quienes hacen literatura, incluso lugares tan inhóspitos como Finlandia podían convertirse en universos donde reflejar con buen humor el mundo y el transcurrir de la vida, envuelta en recuerdos y tradiciones, como si no existiera un más allá....



Daniel Katz
Libros del Asteroide, 2011
237 pp.






Existen tantos 'centros del mundo' como lugares donde han nacido personas dispuestas a hablar de la vida y de la tierra que las rodea. Para quienes hacen literatura, incluso lugares tan inhóspitos como Finlandia  -cuando lo de vivir en los países nórdicos era un martirio más que una medalla- podían convertirse en universos donde reflejar con buen humor el mundo y el transcurrir de la vida, envuelta en recuerdos y tradiciones, como si no existiera un más allá.

El de Finlandia era un mundo pequeño, pero no tan pequeño. Era pequeño, por lo que tenía de ‘local’. Pero Finlandia mantenía contactos con Alemania, por ejemplo, que caía lejos pero no tanto, o con Austria, cuyas guerras acababan por arrastrarla, o con Rusia de la que era un ducado y con la que tenía una relación más que contradictoria.

La historia es lo que al fin y al cabo hacía de Finlandia lo que era y lo que, a trancas y a barrancas, discurre en el relato de Mi abuelo llegó esquiando.

A trancas y a barrancas, digo, porque el relato de Mi abuelo llegó esquiando dispone de una lógica tan libre, y sus anécdotas están tan traídas por los pelos, que a pesar de que los acontecimientos que narra ocurrieron de verdad y figuran en los libros serios, la microhistoria que inserta en ellos los confunde y los acaba moldeando con ortodoxia bastante dudosa.

Insisto en lo de la historia, porque a ella se refiere la contraportada del libro. Y porque es verdad que todo ocurre bajo el reflujo de la guerra ruso-japonesa, de la primera Guerra Mundial y de la Segunda, por no hablar de otras intermedias y que por poco conocidas quedan en la penumbra. Pero la historia es cosa seria y a poco que se piense en ella son más las lágrimas que las sonrisas las que asoman, se mire por donde se mire.

Y es aquí donde sorprende agradablemente Mi abuelo llegó esquiando. Porque desde la primera página arranca con humor y lo mantiene brillantemente hasta el final. Mal que nos pese, la historia cuando busca lo trascendental en lo dramático es más historia, que cuando se sube a las ramas del humor y desde ellas se pone a contar lo mismo que contaría la historia seria, pero con muchas menos restricciones.

Daniel Katz el autor, finlandés, colmado de premios, es judío, lo mismo que los personajes del libro. Y porque es judío tiene recursos para hacer humor, desde dentro, sobre esta condición que tiñe con colores específicos a quienes pertenecen a ella y que se presta a hacer broma de sus manías y sus particularidades.

El libro de Daniel Katz sitúa al lector en la Europa nórdica, pero flota sobre ella. Encadena historias que por lo disparatadas, parecen tener poco que ver con la realidad. Pero el largo camino que recorre –historias del abuelo, de los tiempos del padre, del narrador mismo- se desliza por el tiempo y poco a poco construye un relato que va perfilando los rasgos del país, de Finlandia, y los de su carácter.

No es habitual la literatura con alta intensidad de humor. Mi abuelo llegó esquiando está en este género. Aunque sólo sea porque ofrece un buen rato de lectura de lo más fresco y jocoso habría que recomendarlo. Si además nos habla de un país y de una parte de Europa que por lo lejana conocemos mal y se le reconoce el mérito de ser una obra literaria excelente, habría que concluir que es de lectura casi obligada.

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lunes, 12 de septiembre de 2011

Historia del Congo

Historia del Congo

Isidore Ndaywel è Nziem
Catarata/Casa África, 2011
294 pp.

El Congo ocupa una enorme extensión de África central. Es el corazón del continente, y su historia es en alguna medida la historia de África entera ...


Isidore Ndaywel è Nziem
Catarata/Casa África, 2011
294 pp.






De lector a lector, un consejo. Sáltense la primera parte del libro y algunos capítulos de la segunda sin ningún reparo y lo disfrutarán mucho más. Me explico. Poner en un solo volumen la historia entera de un país que ocupa una parte sustancial del continente africano resulta una proeza que el autor realiza con éxito. Pero obliga a extender el abanico de temas a tratar hasta extremos que es muy probable que interesen solamente a unos pocos.

Justamente, por alguno de estos temas empieza el libro y su lectura pudiera disuadir a alguien de seguir adelante. Si eso ocurriera, nada como echar una mirada rápida hasta entrar en otras materias.

El Congo ocupa una enorme extensión de África central. Es el corazón del continente, y su historia es en alguna medida la historia de África entera. Escribirla no es fácil cuando las sociedades de las que se habla no han dejado rastros escritos de su desarrollo hasta épocas muy recientes. Por ello, el principio del libro sabe más a antropología y a prehistoria que a historia. Y por ello, y porque el lector seguramente estará poco familiarizado con mucho de lo que trata, puede este principio resultar opaco, todo y que aporta toda la luz posible para introducirnos en este espacio enorme que desde el río Congo alcanza hasta los grandes lagos que se asientan en el Rift.

Pero pasadas las páginas más descriptivas que se dedican a la antropología, geografía, poblaciones, lenguas… se llega a esa historia que empezamos a conocer porque arranca con la llegada de los portugueses a la desembocadura del río y a los primeros contactos que hacen que para Europa el Congo empiece a existir.

Pero ¿y para el Congo?. Ese es precisamente el gran atractivo de esta Historia del Congo. Una historia que mira también con los ojos del país africano y que a menudo nos deja ver los hechos desde ángulos desde los que no es habitual hablar. La llegada de los portugueses es vista por los dirigentes africanos como una oportunidad de progreso. No hay, desde el punto de vista de Isidore Ndaywel, una entrega infantil de los negros a los cultivados europeos. Hay un cálculo que reconoce en los portugueses un avance cultural y técnico que los africanos desean para abrirse un camino hacia la modernidad. De ahí que los reyes envíen a sus hijos a Lisboa y que pidan a la corona portuguesa gentes instruidas de los que aprender. Los africanos comprenden la importancia de lo que ahora llamaríamos transferencia de tecnología y buscan con Europa una alianza que pasa por aceptar, entre otras cosas, la religión cristiana y a sus enviados.

¿Qué falla en el proyecto africano para que del contacto con Europa no resultara el despegue económico y social? La respuesta es compleja pero Isidore Ndaywel nos da algunas pistas claras. En primer lugar, la llegada de los portugueses tiene un efecto desestabilizador en el Congo, porque la apuesta por aliarse con los europeos tiene costes evidentes y no es compartida por todos. Las tensiones entre los visionarios que juegan la vía europea y los que, viendo en ella una amenaza, la rechazan produce muy pronto enfrentamientos y conflictos de poder muy importantes.

Pero en segundo lugar, la actitud de Portugal se muestra decisiva en la deriva que toman los acontecimientos. Portugal fluctúa, por un lado, entre la ayuda, la pretensión de acercar a los reinos africanos al cristianismo y la colaboración comercial y, por otro lado, la explotación pura y dura de todo lo que puedan aportar los descubrimientos: el rendimiento económico.

Se entiende el desconcierto de los reyes africanos que aceptan solemnes promesas y se avienen a tratados de sumisión a la corona portuguesa y sin obtener de Lisboa los beneficios esperados. Y se entiende la catástrofe que se produce cuando en este contexto se implanta de manera masiva la trata de esclavos. Isidore Ndaywel cuenta muy bien, que para desgracia del Congo, Brasil es la gran apuesta de los portugueses y África no es más que la cantera de la que sacar recursos para explotar el privilegiado solar brasileño.

El libro entra con detalle en la trata de esclavos. Los nobles se enriquecen con el comercio humano y desbordan la autoridad de los reyes, los intermediarios florecen y llevan la trata a todos los rincones, las guerras se generalizan para conseguir prisioneros que vender, árabes, europeos, blancos y negros se involucran en el comercio y generalizan la violencia…

Pero no todo es agua pasada. Tan interesante como la llegada de los primeros europeos resulta la entrada del Congo en la historia moderna con la aparición de Leopoldo II y la creación de ese enorme estado que sería su propiedad privada. Isidore Ndaywel no sólo habla del horror de un régimen de explotación inhumano. Habla también de los proyectos políticos del soberano belga, interesado en una jugada maestra que consistiría en llegar hasta el Nilo y en convertirse en árbitro de África entera. Y presenta, desde una lógica africana acontecimientos periféricos como la aventura de los mahdistas en Sudán, que conocíamos desde la óptica británica tras la dramática caída de Jartum, y veíamos solamente como la obra de unos iluminados, precursores de los talibanes de hoy.

El libro sigue y sigue acumulando interés. La descolonización: Lumumba, Kasabubu, Tshombe, los simbas, los paracaidistas belgas, la secesión de Katanga, los mercenarios extranjeros, Mobutu…, un desfile de personajes y de hechos, casi todos terribles y que pusieron al Congo en primera página de los periódicos durante demasiado tiempo convertido en el campo de batalla que la guerra fría estaba librando en África.

Nada panfletaria –y el tema se presta para más de un exabrupto, siendo obra de un autor congoleño- Historia del Congo llega casi hasta hoy y pone las piezas del complicado rompecabezas africano en su sitio para darles claridad. La resaca de la guerra en Ruanda y su mortífera edición congoleña en épocas muy recientes acerca el final de libro a acontecimientos que están en la memoria de todos, envueltos en confusos intereses.

Es cierto que algunas de las páginas pueden sonar a demasiado académicas y algunas otras a muy descriptivas de la articulación de las administraciones, de las instituciones de gobierno o de los grupos de interés. Pero, sin duda, son la minoría. La gran mayor parte del libro captará la atención de cualquier lector, busque o no entrar en el detalle, y es una aportación única para conocer la historia reciente y menos reciente de un país como es el Congo, que se revela central en el panorama africano.

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