lunes, 12 de septiembre de 2011

Historia del Congo

Historia del Congo

Isidore Ndaywel è Nziem
Catarata/Casa África, 2011
294 pp.

El Congo ocupa una enorme extensión de África central. Es el corazón del continente, y su historia es en alguna medida la historia de África entera ...


Isidore Ndaywel è Nziem
Catarata/Casa África, 2011
294 pp.






De lector a lector, un consejo. Sáltense la primera parte del libro y algunos capítulos de la segunda sin ningún reparo y lo disfrutarán mucho más. Me explico. Poner en un solo volumen la historia entera de un país que ocupa una parte sustancial del continente africano resulta una proeza que el autor realiza con éxito. Pero obliga a extender el abanico de temas a tratar hasta extremos que es muy probable que interesen solamente a unos pocos.

Justamente, por alguno de estos temas empieza el libro y su lectura pudiera disuadir a alguien de seguir adelante. Si eso ocurriera, nada como echar una mirada rápida hasta entrar en otras materias.

El Congo ocupa una enorme extensión de África central. Es el corazón del continente, y su historia es en alguna medida la historia de África entera. Escribirla no es fácil cuando las sociedades de las que se habla no han dejado rastros escritos de su desarrollo hasta épocas muy recientes. Por ello, el principio del libro sabe más a antropología y a prehistoria que a historia. Y por ello, y porque el lector seguramente estará poco familiarizado con mucho de lo que trata, puede este principio resultar opaco, todo y que aporta toda la luz posible para introducirnos en este espacio enorme que desde el río Congo alcanza hasta los grandes lagos que se asientan en el Rift.

Pero pasadas las páginas más descriptivas que se dedican a la antropología, geografía, poblaciones, lenguas… se llega a esa historia que empezamos a conocer porque arranca con la llegada de los portugueses a la desembocadura del río y a los primeros contactos que hacen que para Europa el Congo empiece a existir.

Pero ¿y para el Congo?. Ese es precisamente el gran atractivo de esta Historia del Congo. Una historia que mira también con los ojos del país africano y que a menudo nos deja ver los hechos desde ángulos desde los que no es habitual hablar. La llegada de los portugueses es vista por los dirigentes africanos como una oportunidad de progreso. No hay, desde el punto de vista de Isidore Ndaywel, una entrega infantil de los negros a los cultivados europeos. Hay un cálculo que reconoce en los portugueses un avance cultural y técnico que los africanos desean para abrirse un camino hacia la modernidad. De ahí que los reyes envíen a sus hijos a Lisboa y que pidan a la corona portuguesa gentes instruidas de los que aprender. Los africanos comprenden la importancia de lo que ahora llamaríamos transferencia de tecnología y buscan con Europa una alianza que pasa por aceptar, entre otras cosas, la religión cristiana y a sus enviados.

¿Qué falla en el proyecto africano para que del contacto con Europa no resultara el despegue económico y social? La respuesta es compleja pero Isidore Ndaywel nos da algunas pistas claras. En primer lugar, la llegada de los portugueses tiene un efecto desestabilizador en el Congo, porque la apuesta por aliarse con los europeos tiene costes evidentes y no es compartida por todos. Las tensiones entre los visionarios que juegan la vía europea y los que, viendo en ella una amenaza, la rechazan produce muy pronto enfrentamientos y conflictos de poder muy importantes.

Pero en segundo lugar, la actitud de Portugal se muestra decisiva en la deriva que toman los acontecimientos. Portugal fluctúa, por un lado, entre la ayuda, la pretensión de acercar a los reinos africanos al cristianismo y la colaboración comercial y, por otro lado, la explotación pura y dura de todo lo que puedan aportar los descubrimientos: el rendimiento económico.

Se entiende el desconcierto de los reyes africanos que aceptan solemnes promesas y se avienen a tratados de sumisión a la corona portuguesa y sin obtener de Lisboa los beneficios esperados. Y se entiende la catástrofe que se produce cuando en este contexto se implanta de manera masiva la trata de esclavos. Isidore Ndaywel cuenta muy bien, que para desgracia del Congo, Brasil es la gran apuesta de los portugueses y África no es más que la cantera de la que sacar recursos para explotar el privilegiado solar brasileño.

El libro entra con detalle en la trata de esclavos. Los nobles se enriquecen con el comercio humano y desbordan la autoridad de los reyes, los intermediarios florecen y llevan la trata a todos los rincones, las guerras se generalizan para conseguir prisioneros que vender, árabes, europeos, blancos y negros se involucran en el comercio y generalizan la violencia…

Pero no todo es agua pasada. Tan interesante como la llegada de los primeros europeos resulta la entrada del Congo en la historia moderna con la aparición de Leopoldo II y la creación de ese enorme estado que sería su propiedad privada. Isidore Ndaywel no sólo habla del horror de un régimen de explotación inhumano. Habla también de los proyectos políticos del soberano belga, interesado en una jugada maestra que consistiría en llegar hasta el Nilo y en convertirse en árbitro de África entera. Y presenta, desde una lógica africana acontecimientos periféricos como la aventura de los mahdistas en Sudán, que conocíamos desde la óptica británica tras la dramática caída de Jartum, y veíamos solamente como la obra de unos iluminados, precursores de los talibanes de hoy.

El libro sigue y sigue acumulando interés. La descolonización: Lumumba, Kasabubu, Tshombe, los simbas, los paracaidistas belgas, la secesión de Katanga, los mercenarios extranjeros, Mobutu…, un desfile de personajes y de hechos, casi todos terribles y que pusieron al Congo en primera página de los periódicos durante demasiado tiempo convertido en el campo de batalla que la guerra fría estaba librando en África.

Nada panfletaria –y el tema se presta para más de un exabrupto, siendo obra de un autor congoleño- Historia del Congo llega casi hasta hoy y pone las piezas del complicado rompecabezas africano en su sitio para darles claridad. La resaca de la guerra en Ruanda y su mortífera edición congoleña en épocas muy recientes acerca el final de libro a acontecimientos que están en la memoria de todos, envueltos en confusos intereses.

Es cierto que algunas de las páginas pueden sonar a demasiado académicas y algunas otras a muy descriptivas de la articulación de las administraciones, de las instituciones de gobierno o de los grupos de interés. Pero, sin duda, son la minoría. La gran mayor parte del libro captará la atención de cualquier lector, busque o no entrar en el detalle, y es una aportación única para conocer la historia reciente y menos reciente de un país como es el Congo, que se revela central en el panorama africano.

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