martes, 29 de noviembre de 2011

Grandes viajes. Un recorrido por las rutas más espectaculares

Grandes viajes. Un recorrido por las rutas más espectaculares

Lonely Planet - Geoplaneta, 2011
312 pp.

... tener el libro entre las manos y viajar con él desde el sillón de casa, hará volar la imaginación y ofrecerá a quien lo lea los momentos más estimulantes y las mayores satisfacciones.



Lonely Planet - Geoplaneta, 2011
312 pp.





Publicado por Pablo Strubell

No debiera empezar afirmando esto, pero me pregunto si no habría que pensarlo dos veces antes de regalar un libro así a un ser querido. Es arriesgado. Poner en manos de un amante de los viajes un libro como este, además de gozo, le puede producir una tremenda inquietud, desasosiego y una insaciable curiosidad. Puede resultarle casi cruel.

Su lectura produce inquietud pues será difícil no ponerse a soñar, a planear, a dibujar sobre el mapa las decenas de propuestas e ideas de rutas fascinantes que sugiere. El lector, indefectiblemente, se imaginará cruzando Asia Central tras los pasos de Marco Polo o recorriendo en coche la más cercana costa Amalfitana y disfrutando de sus aguas cristalinas…

También producirá curiosidad pues, además de referirse a las rutas que dieron fama a los grandes viajeros clásicos, el libro incluye una buena cantidad de recorridos y propuestas menos conocidas y obvias; descubrimientos que a todo viajero le gustaría, seguro, emprender. Incluso los más curtidos tendrán noticias de rutas casi ignoradas como el delicioso recorrido en tren del Royal Scotsman o el peregrinaje a Shikoku, por poner dos ejemplos.

El problema, si acaso eso es un problema, es que este libro invita a soñar desde el sillón de casa. A descubrir nuevas rutas, a conocer mejor sus entrañas, recorridos, hechos relevantes… Sus 312 páginas se dividen en 8 capítulos conformados por propuestas temáticas: Rutas míticas por tierra (la hippie trail, de Ciudad El Cabo a Cairo…), en ferrocarril (California Zephir, el Transiberiano…), exploradores y conquistadores (Ibn Batuta, Magallanes…), ríos y mares (fiordos noruegos, el Yangtsé…), antiguas rutas comerciales (ruta de la seda, ruta del ámbar…), viajes literarios (Theroux en el Pacífico, Julio Verne…), carreteras (la costa de Amalfi, Ruta 66…) y caminatas y peregrinajes (la ruta de los altos Prinieos, camino Inca hasta Machu Picchu…)

De cada propuesta el libro no sólo cuenta la historia, la ruta y los pormenores que la hacen singular, sino también los detalles más prácticos como son distancias, mejor época para el viaje, consejos a tener en cuenta… Todo esto se completa con un mapa que detalla la ruta y fotos a todo color y de gran calidad, que nos acaban por poner la miel en los labios. Y por si fuera poco, de cada ruta se incluye, además, una buena selección de bibliografía por si el lector no tiene suficiente con este libro y quiere empezar a planear, conocer y profundizar con nuevas lecturas las rutas sugeridas. Así que nos preguntamos ¿De verdad el viajero que hojea sus páginas no se siente incómodo, fascinado y a la vez frustrado? Desgraciadamente, no tendremos tiempo para emprender todos viajes sugeridos, aunque ganas no falten.

Si hay que buscarle un pero a esta edición en español es precisamente su traducción, que tal vez ha mantenido el texto demasiado próximo al original en inglés, en lugar adaptarlo a un estilo más propio del castellano al que estamos acostumbrados. También es cierto que los mapas podrían ser más precisos, pero siendo como es este libro una fuente de inspiración, no es algo tan relevante como para ser considerado un defecto.

Así que, lo dicho: piénselo dos veces si creía que este libro le iba a hacer feliz a usted o a quien se lo fuera a regalar, si ese es el caso. El efecto resultante puede ser el opuesto, aunque, lo más seguro es que tener el libro entre las manos y viajar con él desde el sillón de casa, hará volar la imaginación y ofrecerá a quien lo lea los momentos más estimulantes y las mayores satisfacciones.

1 comentario:

Mario dijo...

Hola! Parece ser un libro espectacular. No creo que esté mal regalárselo a nadie, nadie lo puede sufrir, sólo disfrutar. Por lo menos es mi opinión... Yo ya tengo mi próximo viaje planeado: londres. Jaja. Saludos