Alfred G. Kavanagh
Olañeta e Indica Books, 2012
330 pp
Alfred Kavanagh se estrenó en el tema de Irán con un libro imprescindible para quienes quieran conocer el país, su historia y su cultura. Irán por dentro es un libro enciclopédico y sin embargo manejable. Llamarlo enciclopédico es tanto como disuadir al lector ante la perspectiva de un texto monumental e inabordable. Nada de eso es Irán por dentro, que, sin embargo, abarca un sinnúmero de aspectos, todos ellos de interés, cuya suma, a la manera de un mosaico, retrata a ese Irán complejo, profundo y de larguísima historia, y siempre apasionante para el lector.
Alfred Kavanagh sigue ahora dándole vueltas a Irán con un libro más ligero. Un libro que como objeto es un regalo por su formato y por lo cuidado de una edición que tiene en Olañeta asegurada la atención a los pequeños detalles y al gusto por lo perfecto. El pequeño formato de El viaje a Persia indica, ya, que estamos en algo próximo al juego, es decir, que nos acercamos al territorio del capricho.
Por otro lado, si Irán por dentro centraba la mirada en el mensaje, que en este caso era Irán, en El viaje a Persia lo relevante es el mensajero. Kavanagh va a hablarnos en este nuevo libro de los que viajaron a Persia a lo largo de los tiempos, de las noticias que nos trajeron y también del contexto en el que hicieron sus viajes.
Si El viaje a Persia he asegurado que es un libro más ligero que hermano mayor, Irán por dentro, no quiere decir por ello que sea un libro liviano. Kavanagh se muestra en él como un conocedor exhaustivo del tema, un tema que va desde la Antigüedad, desde Jenofonte o Herodoto, hasta nuestros días lo que significa un arco en el tiempo que cubre la historia entera y que al cubrirla suscita temas variados y complejos.
Para empezar, trae a primer plano el significado de la diferencia entre Europa y Asia que se plantea desde los griegos. Porque esta diferencia, en buena parte real, tiene también mucho de imaginario. Surge desde antiguo en cada viaje tanto a través de los prejuicios que lleva consigo el viajero como de la digestión que hace Europa de las noticias que trae a la vuelta. Las particularidades geográficas, las políticas, las culturales... conforman un relato que se va acumulando a lo largo del tiempo a través de sucesivas idas y venidas. En determinados momentos es el afán de conquista lo que mueve al viajero, en otros el de obtener beneficio a través del comercio, en otros las alianzas políticas que buscan canales diplomáticos para asentarse, en otros el gusto por aventura o la curiosidad intelectual... El foco del viajero se va desplazando y el viaje a Persia se convierte en el fondo en un juego de miradas que como tantas relaciones son miradas a dos, es un juego recíproco que alimentan todas las partes y que se convierte en un ejercicio vivo que sólo en apariencia se ha mantenido igual a lo largo del tiempo.
Con rigor, con información exhaustiva, con pequeños descubrimientos que amenizan la lectura, Alfred Kavanagh nos lleva de la mano en ese viaje en el que aparecen escritores, geógrafos, comerciantes, militares, cortesanos, religiosos... y que termina en el Irán de hoy.
Con tanto viajero como ha ido acumulando la historia, el autor no ha querido olvidar el presente. Y para ello le dedica un espacio al viajero de hoy y en la última parte del libro le trae noticias del Irán actual lo mismo que las trajeron los viajeros antiguos cuando escribieron el relato de su periplo. Un apéndice titulado Guía de Irán para el viajero moderno ofrece indicaciones y consejos de todo tipo. Unos consejos, además, que serán bien recibidos en la medida en que una 'teocracia democrática' constituye un exotismo en el mundo de hoy que requiere claves para su comprensión. Kavanagh ha vivido en Irán y lo conoce a fondo. Lo suyo, además de la historia, es el presente también y acercándose a él, los lectores tendrán ocasión de conocer el país real con informaciones muy diversas y oportunas con las que satisfacer su curiosidad.
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