viernes, 26 de julio de 2013

Viaje a las islas Canarias

Viaje a las islas Canarias

Juan Cruz Ruíz
El País / Aguilar, 2013
262 pp.

Locuaz, atento a los sentimientos y a los detalles, Juan Cruz nos abre, con 'Viaje a las islas Canarias', una gran ventana a esa tierra a medio camino entre Europa, África y América...



Juan Cruz Ruíz
El País / Aguilar, 2013
262 pp.






Con dos nuevos libros empezó su andadura la nueva colección El autor viajero. Uno de ellos es Si hoy es jueves, esto es Tombuctú, de Paco Nadal. El otro es Viaje a las islas Canarias, de Juan Cruz. De este último vamos a hablar aquí.

Tanto como ante un libro de viajes, Viaje a las islas Canarias nos sitúa ante un viaje literario. Un viaje donde el autor mira hacia dentro y también hacia fuera y lleva al lector de la mano para contarle lo que siente y lo que ve, que es más de lo que vería por su cuenta el lector desprovisto de los afectos y la mirada de ese autor que da color al relato. Es el espíritu de esta nueva colección al que Juan Cruz se acomoda con gusto porque le permite hablar de su tierra y también de él mismo, de sus orígenes y de esos recuerdos que arraigan en la infancia y le acompañan a uno siempre más sin darse cuenta, sin tener conciencia de ello.

Hace referencia Juan Cruz al deseo de hacer ‘una excursión por el sentimiento de las islas’, al propósito de viajar por todas ellas y de ‘contarlas todas con la mirada de hoy, pero sin despreciar las miradas del pasado’, en definitiva, de descubrir su alma, que quiere decir lo más hondo, sin olvidar su superficie para dar una noticia personal de todo ello.

La escritura de Juan Cruz es meticulosa, construida a base de engarzar, una tras otra, palabras, cada una oportuna, cada una aportando un nuevo matiz y perfilando el sentido de la frase y, sobre todo, el sentimiento. Frases muchas veces complejas pero limpias, que nunca obligarán al lector que viaja por el libro a volver atrás buscando el significado.

La comida, la familia, la emigración, la pobreza… Recordando la infancia, Juan Cruz regresa a unas Canarias hechas de desierto y de cultivos modestos, de vidas sacrificadas, del aislamiento que obliga a adaptarse al entorno y que al cabo del tiempo rememora, a pesar de la miseria, con agradecimiento, con la sensación de estar en paz con él, de haber formado una familia con los vecinos, con los animales y las plantas y con el horizonte imperturbable e infinito del mar.

Pero la infancia, no es más que una etapa para Juan Cruz, a la que llega de manera natural, como sin querer, porque es la que más arraigada tiene en esos sentimientos a los que decide dar voz para hablar de sus islas. A continuación o antes de la infancia, Juan Cruz se refiere al presente o a la historia. Esa historia que pone en contexto a las islas y a sus habitantes. Porque la realidad es que este relato es un abanico de relatos que Juan maneja a su aire con talento literario y con la naturalidad que distingue a un buen conversador.

El viaje que emprende Juan Cruz para escribir su libro y para hacer las paces con el deseo de rendir tributo a esa tierra singular, africana y atlántica, europea y medio americana donde nació, es un viaje real, isla a isla, pueblo a pueblo, por barrancos, por llanos, por desiertos y playas. Pero un viaje libre y espontáneo donde al final acaba hablando de todo lo que para él son sus islas y los habitantes. Habitantes que tienen voz y a los que pregunta. Y que al expresarse no sólo se escucha la voz de los hombres sino, y sobre todo, la de la tierra.

Viaje a las islas Canarias es un libro tranquilo y cálido. Tiene una especie de lentitud calmosa a la que contribuye ese deambular sin urgencia por los temas más diversos propio de quien no se siente arrastrado por el tiempo, de quien ha aprendido de la insularidad el sosiego que lo pone al margen de las prisas y que lo hace sentirse más cómodo con la práctica del estar que con la del ir. Locuaz, atento a los sentimientos y a los detalles, Juan Cruz nos abre una gran ventana a las islas Canarias. Nada mejor que aprovechar la ocasión de asomarse a ella y gozar de su rico panorama.

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