Cesare Brandi
Elba, 2015
182 pp.
Mejor no resistirse resistirse y dejarse llevar por la prosa de Brandi: entrar en Sicilia en avalancha. Una avalancha poética llena de gozo y de sorpresa por la enorme belleza que atesora la isla y por su condición de tierra casi sobrenatural.
Brandi construye una elegía cuando habla de Sicilia y expresa su propio embelesamiento, esa irrupción de sensibilidad que abruma al historiador de arte que es él cuando llega a un lugar fabuloso donde todo es extraordinario. Sicilia, tal como él la ve, es pura fantasía, es el crisol que derrocha aromas que alcanzan a lo más profundo del alma y que reúne desde las obras más bellas a los matices más etéreos y sutiles. Sicilia convierte todo cuanto la rodea en un mito, le da a cualquier aspecto de la realidad un carácter extraordinario, lo envuelve todo de una atmósfera que altera la mirada de quien se acerca a ella. De ahí este relato efervescente que Brandi desgrana haciendo volar la imaginación y llevando al lector por las amplias avenidas de una cultura hecha de viejas culturas y de mezcla de estilos en los que se detiene lleno de admiración.
Los romanos, los árabes, los bizantinos y los normandos, el renacimiento, el barroco ... son las referencias que inevitablemente surgen cada vez que Brandi fija la mirada en cualquier rincón y las que alimentan su relato y su disgusto por el despropósito de la Sicilia moderna cuya fealdad -gracias a dios- no consigue ocultar la belleza inigualable dejada por tantos años de cultura y de culturas que se han ido sumando a lo largo de la historia.
Sicilia mía es un libro para enamorados. Para quienes se encuentran ya bajo el embrujo de esta isla de condición inabarcable y desean sumarse al viaje literario que propone Brandi, volando de un lugar a otro de la historia y proyectando sobre cada rincón la luz que lo hace brillar y lo convierte en una maravilla.
Sicilia mía no es una guía, aunque a lo largo de sus páginas el texto recorre la isla entera y aunque dedica a cada lugar su atención. Se trata más bien de un relato hecho de sentimientos y de sensaciones, de descripciones precisas de las que se derivan agudos matices y de la expresión de profundas emociones que nacen de la arquitectura genial que se encuentra en plazas, palacios y catedrales o a la vista de un paisaje, o de un mosaico, o de una escultura.
Quienes en lugar de ir en busca de un libro práctico y de informaciones precisas tengan su atención puesta en desvelar el alma de Sicilia y quieran dejarse llevar de la mano de un maestro de la sutileza y la sensibilidad, lleno además de conocimientos sobre el arte y la historia, habrán encontrado en la lectura de Sicilia mía el libro que andaban buscando.
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