viernes, 31 de octubre de 2014

Por el Oeste de Irlanda. Un recorrido a pie por uno de los paisajes más cautivadores del mundo

Por el Oeste de Irlanda

León Lasa
Almuzara, 2014
270 pp.

La de León Lasa es una Irlanda a ras de suelo vista desde una perspectiva que el lector reconocerá como próxima y con la que se sentirá cómodo y agradecido.


León Lasa
Almuzara, 2014
270 pp.





León Lasa regresa como compañero de viaje del lector, o si se prefiere como su guía, en este recorrido por las tierras del oeste de Irlanda. Nos acostumbramos a esta compañía con su libro En Noruega y luego leyendo Viaje a la Antártida y volvemos a sentirlo a nuestro lado ahora cuando escuchamos su voz con ese tono descriptivo del viajero sin prisa y que busca un confidente a quien contar lo que sabe, lo que ve y lo que siente.

Lasa es el viajero solitario que ve, al mismo tiempo que reflexiona y desgrana las pequeñas experiencias del momento, envueltas en un asentado conocimiento, adquirido en una buena preparación del viaje y en las elucubraciones que surgen de su particular sensibilidad. Lo de León Lasa es una especie de conversación tranquila con el lector a quien hace partícipe de sus cuitas.

Por el Oeste de Irlanda no es, en realidad, el más reciente de los libros del autor. Fue, en orden cronológico, el primero, pero se agotó hace ya un tiempo y ha vuelto a aparecer en una edición actualizada y tan interesante como pudo ser la primera. Bienvenida la reaparición de un libro dedicado a un país que parece que no necesita que se ocupen demasiado de él porque su literatura es tan rica que son muchos los testimonios que han hablado de sus tierras y de sus gentes.

Lo primero que llama la atención del viaje en el que se inspira León Lasa es que se trata de un viaje a pie. A estas alturas lo de viajar a pie es una rareza, pero es también el modo de gozar de unas experiencias que solo la lentitud del que camina proporciona.

Lo segundo es el amplio conocimiento de anécdotas de todas clases con el que el autor ilustra su relato. Anécdotas variadas, históricas, personales, sacadas de leyendas que abren el horizonte y que sacan el discurso del inmediato presente para ampliar la perspectiva buscando otros contextos y otros horizontes que enriquecen y animan esa conversación –o más bien ese monólogo- que Lasa mantiene con el lector.

Lo tercero que llama la atención es la extensa colección de referencias con las que León Lasa conecta los lugares que visita durante su viaje y España. Y ese será quizá el aspecto con el que el lector se sentirá más sorprendido porque resulta que España ha tenido una presencia en tierras irlandesas cuyo recuerdo el tiempo ha borrado y que ahora, de la mano del autor, recuperamos y que nos sirve sin darnos cuenta para establecer una relación de afecto con esa Irlanda con la que pensábamos que nada teníamos que ver.

Una fuerte sensación de realidad destila el relato de León Lasa. Una realidad que se desprende del detalle con el que desgrana su narración y con esa proximidad que el lector siente cuando escucha la voz del autor que no deja de hablarle.

Irlanda vive y va tomando color a través de encuentros que el autor realiza con las personas más diversas, a través de los paisajes, de los accidentes geográficos del ambiente de los pueblos, de la lluvia del camino, del ambiente de un pub y del calor de la conversación de los parroquianos. La de León Lasa es una Irlanda a ras de suelo vista desde una perspectiva que el lector reconocerá como próxima y con la que se sentirá cómodo y agradecido porque le permitirá aprender cosas nuevas y al mismo tiempo compartir los aromas de un viaje agradable y sobre todo insólito: “un recorrido a pie por uno de los paisajes más cautivadores del mundo” –como reza el subtítulo del libro.

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lunes, 20 de octubre de 2014

La rubia de ojos negros

La rubia de ojos negros

Benjamin Black
Alfaguara, 2014
336 pp.

Todos los ingredientes se han puesto en 'La rubia de ojos negros' para regresar a Los Ángeles de los años cincuenta y para llevar al lector por un rosario de peripecias que lo divertirán hasta descubrir, de sorpresa en sorpresa, el desenlace final de la trama.



Benjamin Black
Alfaguara, 2014
336 pp.





Quizás es Miami, con su arquitectura artdecó, con su legión de ricos y famosos refugiados en ella y con su entorno de marismas cuyos fondos parecen guardar oscuros secretos, la ciudad que mejor conserva esta atmósfera, despreocupada e inquietante a la vez, que puso de moda la novela negra más clásica –la de Chandler o Dashiel Hamet- y que fue la imagen de los Estados Unidos en los años cincuenta. La que conoció Europa a través de la novela y del cine.

Después, con el tiempo, una América más moderna, más joven y creativa y menos apesadumbrada ha sustituido a aquella de la que casi no queda recuerdo. Google, Apple, o Amazon hablan ahora de un país que parece siglos más moderno que aquél de detectives malcarados, de oficinas oliendo a tabaco y de rubias abrumadas por graves secretos.

La América digital y creativa ha enterrado a la de los polis con sombrero y gabardina, hasta el punto de que la nueva no guarda ya recuerdo de la antigua. No parecen ni de la familia… hasta que llega a las librerías La rubia de ojos negros. Un libro con el que hemos podido regresar a la América que conocimos.

Como en las novelas policiacas, los muertos acaban apareciendo y en nuestro caso aparece la América de los años cincuenta en la versión más auténtica. Y no en Miami sino en Los Ángeles. Los Angeles de Philip Marlow porque el juego que se trae Benjamin Black es justamente enlazar con los episodios del famoso detective y servirnos en bandeja uno más.

La verdad es que el reto tenía enjundia y, además, una buena dosis de riesgo. No es nada fácil seguir el rastro de Raymond Chandler, de uno de los más grandes del género, y suplantarlo frente a la máquina de escribir. Pero el resultado ha sido un éxito. Máquina de escribir y no un ordenador es lo que parece resonar en la lectura de la nueva novela y con ella parecen regresar también todos los ingredientes que componían esa América que dimos por olvidada.

Ni la América y la novela de Chandler son literatura fina. No hubiera funcionado bien un estilo demasiado sutil, ni un relato que hubiera aspirado a la perfección. Un toque marrullero y algún deje de ordinariez eran necesarios para retratar a una sociedad cuyas élites, desde lo más alto se hundían en lo más bajo mientras guardaban en el armario algún que otro cadáver y quebraban la imagen idílica de la propaganda de un país ejemplar y salvador del mundo tras el descalabro de la segunda guerra mundial.

Benjamin Black domina los trucos y las maneras de Chandler y construye con ellos un Marlowe tan creíble como el de su creador. Derrotista, inoportuno, de humor melancólico, ingenioso para cosas sin importancia, sobrado sólo en apariencia …  así es nuestro hombre. ¿Y qué hay de América en todo ello? Pues hay todo lo que la propaganda no muestra y unas cuantas pinceladas del país real. Hay la imagen del fracaso que se oculta tras el escaparate de una sociedad triunfadora, la imagen también del individuo solitario y envuelto en la rutina que contradice el mundo feliz de las mil oportunidades que se exportó para el consumo nacional e internacional, la imagen de provincianismo y de una falta general de cultura que alcanza a las élites y que empaña el orgullo del gran sueño americano y están los ricos riquísimos con sus disparatadas mansiones con criados y piscinas donde suele aparecer, hecho un amasijo, algún muerto incómodo en el fondo.

Todos los ingredientes se han dispuesto cuidadosamente en la cocina de esta novela y de esta rubia seductora que corta el aliento de Marlowe y de todos quienes se tropiezan con ella. Todos los ingredientes para regresar a Los Ángeles de los años cincuenta y para llevar al lector por un rosario de peripecias que lo divertirán hasta descubrir, de sorpresa en sorpresa, el desenlace final de la trama.

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jueves, 9 de octubre de 2014

Viajeras. El manual para preparar tus viajes y lanzarte a descubrir el mundo.

Viajeras

Varias autoras
La editorial viajera, 2014
227 pp.

Atención a este libro que se presenta como un manual pero que en lugar ser un listado de instrucciones se plantea como un abanico de experiencias y de consejos, ordenados, razonados y contados en un tono convincente, distendido y próximo.



Varios autores
La editorial viajera, 2014
227 pp.





Atención a este libro que se presenta como un manual pero que va más allá porque, en lugar ser un listado de instrucciones, se plantea como un abanico de experiencias y de consejos, ordenados, razonados y contados en un tono convincente, distendido y próximo, que suscita continuamente el interés del lector.

Viajeras es un libro práctico. Pero es más bien una conversación entre amigos. O entre amigas, porque tal como indica el título, va dirigido a las mujeres. Mujeres que se disponen a viajar y con ello a enfrentarse a las incertidumbres que supone poner un pie en lugares poco conocidos y abordar los innumerables problemas prácticos propios del marcharse lejos de casa.

Seguramente, el mayor atractivo de Viajeras es la diversidad de puntos de vista. Lo que no significa que haya mensajes contradictorios sino muchos y complementarios, de forma que el conjunto abarca un abanico de ideas y sugerencias rico y matizado. Seis han sido las autoras directas del libro, que cuenta además con una breve pero estimulante introducción de Cristina Morató. Y nueve han sido las colaboradoras que han participado igualmente en el texto para hacer más consistente el contenido y para cubrir un horizonte más extenso.

Quizás el mayor elogio que se le puede hacer a Viajeras es que ha sabido eludir el riesgo de ser un libro trivial. Y además el no haber caído en la tentación de no ser más que un libro a la medida de ese hueco de mercado que es el de las mujeres viajeras. Ni trivialidad, ni oportunismo asoman en este 'manual' necesario y pensado, sino para romper barreras, si para hacer más fácil el viaje, evitar muchos de sus inconvenientes, minimizar sus riesgos cuando los hay y acrecentar el disfrute que persigue el propósito de viajar.

El cómo viajar, el porqué de viajar -o de no viajar- sola, la salud, la seguridad, el equipaje, los asuntos de dinero y la elección de a dónde ir y de cómo decidir van conformando los temas del libro que cubre una enormidad de asuntos para los que da trucos, ideas de todas clases y recomendaciones concretas y acertadas.

Ah, y una cosa más es un libro lleno de pasión. De pasión prudente y razonada, pero de pasión al fin y al cabo porque quienes han participado en él han descubierto en los viajes un espacio de libertad , de conocimiento y de contacto humano que las ha cambiado para bien y las ha enriquecido. Para todas ellas el mejor y más importante de los consejos es viajar. Viajar de cualquier modo, aprovechar toda ocasión y disfrutar de las experiencias inolvidables que quedarán en el recuerdo al regreso.

"No existe ninguna excusa -dice Cristina Morató en su prólogo- para quedarse en casa y soñar sentada en el sofá con ese viaje que siempre hubieras querido hacer. Desde los tiempos más remotos las mujeres se han lanzado a explorar los espacios en blanco de los mapas. (...) Hoy las viajeras no tenemos límites para hacer realidad nuestros sueños de aventura. Sólo hay que leer este libro para descubrir que el viaje no sabe de sexos y también que al hacer la maleta ya no hay vuelta atrás. Y que nunca volverás a ser la misma."

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