martes, 20 de noviembre de 2018

La tribu. Retratos de Cuba

La tribu. Retratos de Cuba

Carlos Manuel Álvarez Rodríguez
Sexto Piso, 2017
257 pp.

Un excelente texto, mejor literatura, tema interesante es lo que encontramos en esta Tribu que retrata a la gran isla del Caribe con una mirada actual y que el lector va a percibir como diferente a lo que le han contado hasta ahora.


Carlos Manuel Álvarez Rodríguez
Sexto Piso, 2017
257 pp.





Cuba vuelve a estar de moda en el campo editorial porque parece que el país se mueve, aunque no se entienda muy bien en qué dirección ni se sepa a qué ritmo. El caso es que van apareciendo libros, en buena parte arropados por ese aroma familiar y exótico al mismo tiempo que a los españoles nos tiene prendados.

Cuba no sería lo que es sin unas señas de identidad que acaban apareciendo en todo relato y que se apoyan en una tradición que viene de lejos. La bonhomía de la gente, su buen humor a pesar de las adversidades, la querencia por la música, la familiar convivencia entre blancos y negros, las raíces africanas de tantas creencias religiosas, la voluptuosa sensualidad que suele acompañar al ambiente y la Revolución vivida desde la cotidianidad forman parte de un relato al que nos tiene acostumbrados la literatura.

La tribu habla de Cuba igualmente, pero de una forma distinta. Se diría que estamos habituados a que le llegue al lector la voz de una Cuba más antigua de la que emplean los jóvenes escritores bien asentados en el siglo XXI y buenos conocedores del mundo que los rodea. Cuba sigue siendo una isla pero no tanto, porque la información circula y la insularidad física y social se ha deshecho a medida que se han hecho permeables las barreras que la sostenían o que la forzaban.

Con el subtítulo de Retratos de Cuba, Carlos Manuel Álvarez, construye su libro a base de asuntos de tono y de tema muy diverso y que sin embargo representan la vida del país. Relatos anecdóticos -tampoco cortos- entre los muchos que pudieran imaginarse, y que componen, desde la diferencia de unos y otros, una realidad que el lector sabe encajar descubriendo una especie de coherencia entre ellos.
Por la singularidad de los temas, habría que hablar de relatos periféricos o de relatos accidentales, pero justamente esa línea que pone límites a lo que podríamos entender como el meollo de Cuba o de los cubanos es lo que une al conjunto, lo que define a esa tribu variopinta que da vida al país.

Una sucesión de escenarios abre los ojos sobre experiencias humanas suficientemente diversas como para ofrecerle al lector un amplio abanico. Experiencias que hacen frecuente referencia al mundo más allá de la frontera. Un mundo vedado a los cubanos hasta hace poco pero que ha entrado en la vida de muchos y les obliga a digerir la contradicción de estar pero no estar en el mundo.

El regreso a casa de una estrella del beisbol que ha jugado en las ligas norteamericanas, o el del prófugo de la justicia americana convertido en pieza de negociación entre gobiernos, el recorrido del emigrante por México, por Colombia, Panamá, Perú, Costa Rica tan disparatado como dramático hablan de una mirada puesta más allá de la propia frontera y de noticias que llegan desde lejos y componen el día a día de esta Tribu que sigue viva y zarandeada por los acontecimientos.

Aunque no todo es mirar afuera. Volviéndose hacia casa el autor dedica un magnífico espacio lleno de registros musicales a Juan Fornell, el líder de los Van Van, y, en el otro extremo de la escala de la sensibilidad, lo dedica también a la vida en un basurero donde unos pobres diablos intentan ganarse la subsistencia aunque sea al nivel más miserable en una vida que se ha hecho llevadera a base de renuncias y de resignación.

No hay en La tribu espacio para esa célebre mecedora en la que se refugia el cubano más clásico para pasar las horas mirando a un horizonte cualquiera, como tratando de prolongar el pasado, borrar el presente y evitar un futuro del que no se espera nada. No hay sosiego ni ensoñación. Con Carlos Manuel Álvarez entramos en un mundo donde el tiempo y el entorno están vivos y donde el futuro se vislumbra porque ha entrado a formar parte ya del presente.

Un excelente texto, mejor literatura, tema interesante es lo que encontramos en esta tribu que retrata a la gran isla del Caribe con una mirada actual y que el lector va a percibir como diferente a lo que le han contado hasta ahora.

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lunes, 12 de noviembre de 2018

Descubriendo al General

Descubriendo al General

Graham Green
Prólogo: Jon Lee Anderson; epílogo: Gabriel García  Márquez
Capitán Swing, 2013
244 pp.

No viene mal hacer una excursión por el pasado ni tampoco husmear en la política para descubrir un país distinto a todos sus vecinos y de características muy particulares, para comprender Panamá tal como es hoy.

Graham Green
Prólogo: Jon Lee Anderson; epílogo: Gabriel García  Márquez
Capitán Swing, 2013
244 pp.





No viene mal hacer una ‘excursión' por el pasado -aunque éste no sea muy lejano- para comprender Panamá tal como es hoy, ni tampoco husmear en la política para descubrir un país distinto a todos sus vecinos y de características muy particulares.

Y tampoco viene mal un libro escrito, aunque en proporciones muy distintas, a tres manos cuando estas manos son en sus respectivos ámbitos maestras.

Introduce el libro Jon Lee Anderson, cuyo nombre es el que menos suena del trío de autores. Pero Anderson ha escrito libros importantes sobre el Che Guevara, sobre las guerrillas latinoamericanas, sobre Libia, sobre Irak… además de infinidad de artículos como periodista. ¿Recuerdan los dimes y diretes que originó el artículo titulado Francoland a resultas del ‘procés’? Su autor es nuestro hombre.

Un libro centrado en un general en un país centroamericano y escrito por Graham Green despierta enseguida en el lector la intuición de que va a acercarse a una novela de espías. Pues bien, Jon Lee Anderson pone los elementos para sugerir que esta novela es posible.

Las novelas de espías descubren realidades paralelas que se ocultan unas debajo de otras. El observador, el hombre de la calle acostumbra a ver solamente la superficie, pero el mundo subterráneo opera y condiciona con sus manejos todo lo demás.

Panamá es el escenario por el que discurre esta, en esta ocasión, no-novela que tiene los antecedentes para entrar en el género de espías y la solidez de un autor -Graham Green- convertido en autoridad en estas lides. Pero es Jon Lee Anderson el que pone la salsa para que leamos a Green y veamos al general Omar Trujillo en el contexto que les da sentido, permite comprender su relevancia y ayuda a situar Panamá y su historia para llegar hasta el presente.

Visto por fuera, Panamá es hoy una especie de Singapur de carácter latino. Despachos de abogados y de brokers internacionales, rascacielos, una localización geográfica esencial en las grandes vías del comercio, una condición de ‘nodo’ singular en las redes de gestión de importantes intereses internacionales dan vida a un país cuya mitad de la población vive en la capital y que juega un papel que poco tiene que ver con el que juegan sus países vecinos.

Jon Lee Anderson nos sitúa ahí, para dar entrada a Green y a su llamativa relación con Trujillo. Los militares en Latinoamérica tienen mala prensa y a falta de mayor información caen todos en el mismo saco. Hay contadas excepciones y Trujillo es una de ellas. Green lo conoce, a iniciativa del propio general, y entabla una intensa y afectuosa amistad con él. Son los años de inestabilidad en el país, de dura renegociación del tratado del Canal con los Estados Unidos, de las guerrillas sandinistas en Nicaragua, de la dictadura de Pinochet… En todo este lío se ve envuelto Trujillo y tambíen Graham Green que cuenta su estancia -sus diversas estancias en Panamá- sus viajes de un lugar a otro, sus contactos con guerrilleros y políticos, el entorno en el que vive Trujillo y su personalidad y muchos intríngulis de los hilos que se movían en el país en la época y en los que participa él mismo como hombre de confianza de quienes gobiernan.

Una parte muy pequeña del texto le corresponde a García Márquez cuyas páginas cierran el libro. Como Graham Green, García Márquez figura en el entorno de Trujillo en calidad de autoridad independiente, de persona con contactos relevantes y de hombre respetado por sus propios méritos. Siendo así era inevitable el encuentro con Graham Green y su coincidencia en algunos temas y algunos eventos. Los tres, Trujillo, Green y García Márquez son personajes poco comunes y, cada uno a su modo, protagonistas de unos acontecimientos importantes que marcaron el tenso curso de la guerra fría en América. Los tres, alejados de los patrones habituales en el mundo en el que se movieron, amantes de la vida, comprometidos con unos ideales y enfrentados al inmenso poder que ejercía Norteamérica en ese patio trasero que eran sus vecinos de Sur.

Desde la distancia en el tiempo -han pasado muchos años desde la muerte en accidente, siempre puesto en duda de Trujillo y desde la publicación por primera vez de libro de Graham Green- Descubriendo al General sigue siendo un libro importante. El lector va a descubrir que sigue despertando interés y sigue llevando a la superficie unos hechos, seguramente olvidados, que aún hoy son relevantes para comprender el país donde sucedieron: Panamá.

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