martes, 2 de diciembre de 2014

50 ensayos de secesión. Un repertorio de ciudades

50 ensayos de secesión. Un repertorio de ciudades

Ignacio Jáuregui Real
Lampreave, 2014
263 pp.

Reflexivo, curioso, atento a lo sutil, que es donde se refleja el alma de las cosas, Ignacio Jáuregui nos acompaña por cincuenta ciudades, elegidas por las cosas del azar y también por el corazón.



Ignacio Jáuregui Real
Lampreave, 2014
263 pp.





Midiendo cada palabra, buscando el matiz, sin perder nunca el fluir despacioso de quien quiere no perder detalle y desea huir del atropello de otras palabras que vinieran de una voz demasiado apresurada, Ignacio Jáuregui nos va acostumbrando a su forma de mirar y de vivir aquellos territorios, deliberadamente ajenos, por los que pisa. A Ignacio le gusta escindir el mundo, separarse de él, sentirse lejano y, así, dejarse sorprender por todo lo que aparece ante sus ojos, por un panorama que quiere que le resulte nuevo para liberarlo de la grisura que genera la rutina.

Esta vez son cincuenta ciudades las que ocupan la atención de Ignacio y las que componen este libro cuidadísimo en la edición, lo mismo que lo fue su primer libro: India, primera mirada. Para situar al lector, Ignacio avisa de su condición de arquitecto y por consiguiente de una inclinación hacia el rigor y el orden, a la hora de escribir, que le lleva a expresarse desde la racionalidad y siempre con prudencia. Pero el lector descubrirá enseguida que si la arquitectura tiene un papel importante es porque ha afilado la sensibilidad del autor y ha refinado los matices de su mirada, que es el gran secreto de este libro extraordinario.

Ciudades, una tras otra, aparecen a base de pinceladas que reflejan el humor del autor y sus querencias. No se trata de ir en busca de objetividad alguna. Eso se encuentra en las guías que se atienen, como los notarios, a la realidad. El mundo de Ignacio Jáuregui es el de las sensaciones y por ello mismo es caprichoso y sorprendente para el lector. Las ciudades no se conocen prestando sólo atención a su materialidad, lo que las distingue es la simpatía o la antipatía, la sorpresa o la desgana que generan en quien las vive.

"Ciudades opulentas, ciudades decrépitas, ciudades que viven colgadas de su pasado o que inventan el futuro cada mañana; ciudades guapas, resultonas, feotas; ciudades plácidas, ciudades frenéticas, ciudades donde las mujeres caminan como reinas, ciudades que se duplican en espejos de agua, que se activan al caer la noche, que se dejan morir lentamente; ciudades donde perderse, donde encontrar tesoros, donde empezar de nuevo.

Ignacio Jáuregui ama las ciudades con una voracidad minuciosa y universal: en su recorrido por estas cincuenta se sube a los miradores más altos y se agacha a palpar los adoquines, se cuela por donde le dejan, recuerda todas las novelas, se para a escuchar todas la voces y pregunta por todas las rarezas en un empeño imposible por aislar y condensar en palabras aquello que hace única a cada ciudad."

Así describe la contraportada del libro el contenido y el atento deambular del autor por las ciudades que visita. A Ignacio Jáuregui le gusta sentirse un paseante antes que un viajero o que un escritor. Desea dominar el tiempo que es el secreto que hace del paseo una actividad plácida y reflexiva a diferencia del andar que no es otra cosa que desplazarse de un lugar a otro.

Reflexivo, curioso, atento a lo sutil, que es donde se refleja el alma de las cosas, Ignacio Jáuregui nos acompaña por cincuenta ciudades, que son muchas pero que no son todas. La selección es arbitraria, dictada por cosas del azar y también por el corazón. Y el trato que cada  una recibe es distinto porque nuestro autor quiere tomarse la libertad de administrar sus afectos y su relación con ellas. Una lectura reposada, para hacerla casi con los ojos cerrados y para dejarse llevar por los encantos, el aroma o simplemente el aire que se respira en las ciudades elegidas es lo que nos ofrecen estos 50 Ensayos con los que el lector disfrutará llevado de la mano de Ignacio Jáuregui.

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