jueves, 3 de mayo de 2018

Estirpe

Estirpe

Marcello Fois
Hoja de Lata, 2017
297 pp.

Una Cerdeña discreta y contenida, dibujada al detalle en los sentimientos y en los pequeños asuntos de la vida cotidiana, se mezcla con la brutalidad de los acontecimientos y con giros inesperados que mantienen vivo todo el tiempo el interés del lector.


Marcello Fois
Hoja de Lata, 2017
297 pp.





A pesar del título, nada que ver con Dinastía o Falcon Crest y sus excesos de riqueza y de maldades. Aquí todo es más contenido, todo discurre más a flor de tierra, más humildemente porque estamos en Cerdeña y la naturaleza y las gentes son discretas por definición. No hay lugar para el despilfarro, ni en las cosas de comer o de vivir, ni en los sentimientos. El perfil bajo, como se diría ahora, es una virtud porque la exposición excesiva ofende y el decoro pasa por la modestia en una sociedad, de la que habla el libro, que sólo empieza a salir del oscuro atraso de una isla donde poco se conoce del progreso.

Estirpe contempla el paso de dos, o según se mire tres, generaciones de una familia, pequeña, en la pequeña también ciudad de Nuoro. Un Nuoro rural, de población campesina y de algún artesano, que vive en el pasado al borde de la miseria y que irá despertando cuando el continente, es decir Italia, se acuerda de ella a golpe de guerras y de aconteceres políticos que cambian el rostro de la sociedad. Estamos al final del siglo XIX y en el primer tercio del XX, cuando termina un siglo, estalla la Gran Guerra y aparece el fascismo.

Marcello Fois, el autor, juega con las ideas y las palabras y sobre todo con la escritura para crear un ambiente singular. Elige el tiempo presente para narrar su historia y al hacerlo sorprende y a la vez conduce al lector al borde mismo de la escena, lo acerca a los acontecimientos que pasan para él como de frente mientras lee. El detalle en los sentimientos y en los pequeños asuntos de la vida cotidiana se mezcla con la brutalidad de los acontecimientos y con giros inesperados del relato que mantienen vivo todo el tiempo el interés del lector hasta el final.

Hay algo de tragedia griega, de Mediterráneo sombrío, en la historia que cuenta el autor porque parece como si el destino golpeara arbitrariamente para compensar los dones de la felicidad y del éxito con una derrota y un infortunio aún mayores. Como si quisiera eludir el progreso y mostrar el peso que sobrevive de aquella Cerdeña atrasada, sombría, amarrada al sufrimiento.

Una vida de gente trabajadora, de buenos sentimientos, de vivir discreto es lo que fabula Marcello Fois cuando sigue la existencia de la familia del herrero de Nuoro, con su aparente simpleza, pero con la enorme complejidad que se ocupa de añadir la condición humana y los azares que a lo largo del tiempo se van cruzando con ella.

Una Cerdeña tan poco aparatosa y tan discreta como la vida de los personajes a los que dedica su atención la novela es la que aparece como gran decorado y la que pone en su sitio y da sentido a cada escena. Una Cerdeña de tierra adentro, alejada del mar, de suelo reseco, de arbustos y de vides para quienes buscan recuperar el sabor mediterráneo y la atmósfera de cuando las playas, a diferencia de ahora, eran tierra yerma, de escaso valor y la vida transcurría en el interior, en los modestos pueblos donde se afincaba la población dedicada a sus quehaceres de siempre.

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