Daniele Del Giudice
Ático de los libros, 2016
169 pp.
Será el cambio climático, será la fascinación que ejerce lo desconocido, será la admiración que despiertan las grandes hazañas, lo cierto es que los polos se han puesto de moda y han pasado de ser una tierra incógnita y ajena a unos lugares que consideramos a nuestro alcance y que despiertan todo el interés.
Las penosas expediciones de los primeros aventureros, que se atrevieron a adentrarse en los lugares más duros e inaccesibles del planeta, se han convertido en epopeyas entre las que sobresalen solamente unas pocas que alcanzaron gran popularidad. Pero de muchas otras, las noticias solamente han llegado hasta los muy interesados que rebuscaron en la documentación dejada por marinos o en instituciones bajo cuyo patrocinio se llevaron a cabo.
Daniele Del Giudice nos propone casi un juego. Nos habla de su propio viaje hacia el Polo Sur y también de viejas expediciones que se arriesgaron a entrar en los hielos antárticos para explorar la tierra y los mares más meridionales del globo.
El viaje de nuestro autor sigue la estela de otros viajeros por tierras australes de América. Retoma el interés de Chatwin por dejarse llevar hacia el sur y por hablar y encontrarse con personas, paisajes y lugares que dan cuenta de la singularidad de esta región extrema. Del Giudice viaja en coche, para pisar el terreno y ir a su aire por caminos poco trillados. Pero, por supuesto, lo suyo no es sólo el romanticismo de deambular sin prisa deteniéndose en paisajes y en recuerdos. Llegar al polo, que es su objetivo, requiere contar con un avión, el buen tiempo necesario para volar en una región tan inhóspita y un lugar donde alojarse en medio de una nada en la que solo han puesto el pie unas pocas bases científicas internacionales.
El relato de Del Giudice nos habla de sus experiencias en lugares que tienen mucho de extraordinario y mueven a la reflexión. Pero nos habla también del pasado de estos lugares porque, en lo que son hoy, pesa de manera singular la presencia a finales del XIX y principios del XX de los primeros colonizadores venidos de todas partes del Europa y América para hacer fortuna y para 'domesticar' un territorio abandonado, cuyos únicos habitantes autóctonos sobrevivían en condiciones extremas y en medio de la penuria.
El pasado cuenta y en este caso es especialmente rastreable por lo reciente. De aquí que el autor recurra a algunas de las expediciones que se aventuraron por los mismos lugares que él recorre y que aportan un punto de vista distinto del suyo. A modo de diario, Del Giudice intercala entre los capítulos donde cuenta su propio viaje, el relato de algunos episodios estas otras expediciones. Las voces de uno y de otros se entremezclan y expanden el horizonte que se abre ante el lector. Las dificultades de la navegación, la vida en una región en buena parte salvaje, la extrema dificultad de desplazarse, la población india... todo un abanico de realidades amenazadoras en aquel momento regresan al presente en una reconstrucción de lo que fueron las regiones australes hace poco màs de cien años.
Horizonte móvil representa una nueva oportunidad de acercarnos al continente antártico desde perspectivas distintas aunque paralelas. Es una lectura entretenida y enriquecedora. Y con la mirada puesta tanto en los hitos de la exploración del pasado como en los proyectos más avanzados de la ciencia que se desarrollan en el polo abre una puerta también al futuro y a la percepción de la importancia que los polos tienen para el avance del conocimiento.
1 comentario:
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Viajar India
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