Aleksis Kivi
Nórdica libros, 2014
391 pp.
La novela de Aleksis Kivi es un clásico en la literatura finlandesa. Una novela que se desarrolla en alguna medida como una obra de teatro. Los diálogos entre personajes son una parte esencial del texto y llevan al lector a sentirse espectador y a los personajes a convertirse en actores de una comedia, de tono contenido, que gira en torno a siete hermanos unidos por lazos intensos y, como es de esperar, con líneas de fuga divergentes sobre las que se articula la trama.
Aunque escrita en el siglo XIX, la actualidad de la novela y el interés que se le reconoce todavía hoy, proceden de que permite aproximarse a lo que se puede llamar el alma de Finlandia, un poso de relaciones, convicciones y comportamientos que desvela las raíces del país cuando, se supone, era todavía virgen, su universo no alcanzaba más allá del mundo rural y la población vivía del campo, de lo cual no hace tampoco tanto tiempo.
Los siete hermanos es un relato costumbrista, socarrón y con propósito pedagógico. Compartiendo algunos rasgos de la novela picaresca, es un discurso moral, en forma de caricatura, que genera la sonrisa del lector por ingenuo y simple al mismo tiempo. Siete hermanos, cada uno con su carácter y sus aspiraciones, amantísimos como corresponde a buenos cristianos, perezosos como es propio de su condición juvenil y enfrentados a un futuro incierto y a las responsabilidades propias de dar los primeros pasos para hacerse hombres, sostienen la novela. Y se encuentran ese momento crítico del fin de la adolescencia que sirve de punto de partida para que el coro de voces poco afinado de los hermanos se exprese y debata sobre temas importantes de la vida.
Por supuesto, temas que pillan hoy muy lejos de las preocupaciones del lector aquí y en Finlandia, y que se ven como una curiosidad y como un juego divertido de justificaciones, de alianzas y amigables desencuentros entre los hermanos.
No es evidente la importancia que tiene esta novela todavía hoy en el país nórdico, ni la insistencia de quienes la comentan sobre el hecho de que recoge de manera singular las esencias del alma del país. Finlandia es un país de existencia muy reciente. Sueca desde el final de la edad media y rusa desde principios de XIX, necesitaba construir señas de identidad que le dieran cohesión nacional para afrontar su independencia y para mantenerlas en el recuerdo hasta hoy. Los siete hermanos forma parte de este patrimonio histórico, de esa aportación de la cultura a la nación, y es todavía el reflejo de la Finlandia de cuando no era más que un Ducado de Rusia y se preparaba para convertirse en el país independiente, con identidad propia, que conocemos hoy.
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