viernes, 17 de mayo de 2013

Después del terremoto

Después del terremoto

Haruki Murakami
Tusquets, 2013
190 pp.

Un brillante ejercicio de escritura y de imaginación sostiene la colección de relatos que componen este nuevo ‘Después del terremoto’ que publicó Murakami en el año 2000...


Haruki Murakami
Tusquets, 2013
190 pp.





Un brillante ejercicio de escritura y de imaginación sostiene la colección de relatos que componen este nuevo ‘Después del terremoto’ que publicó Murakami en el año 2000 y que aparece ahora en español. Un libro cuyo título le traerá al lector a la memoria el tsunami que asoló Japón hace bien poco tiempo pero que fue escrito en 1995 en recuerdo del terremoto que destruyó la ciudad de Kobe y que traumatizó al país entero.

Seis cuentos, todos distintos, todos sorprendentes a su manera, son las piezas con las que Murakami juega magistralmente estirando los hilos de la ficción para construir escenas inverosímiles y humanas al mismo tiempo. Y con las que dibuja un panorama de luces y reflejos muy diversos que muestran el Japón de hoy. Mezclando realidades más o menos imposibles Murakami presenta pequeñas escenas de vida cotidiana: relaciones de pareja, encuentros y desencuentros, momentos de intimidad, sentimientos, desvaríos… Pero siendo todos ellos asuntos universales, Japón resulta el protagonista no declarado del conjunto de historias que componen el libro, lo mismo que la sombra del terremoto de Kobe que asoma en cada una de ellas, es una seña de identidad del país, un rasgo de carácter, oscuro e inquietante que arraiga en su esencia misma.

Japón late en cada escena de esta colección de relatos modernos. Y, sin embargo, nada se refiere a la imagen tradicional que el lector tiene del país y que le sirve para reconocerlo. Los personajes miran mucho más al futuro que al pasado. Las canciones de las que en algún momento se habla o los guiños a la literatura se refieren más a occidente que al propio país. El escenario en el que se mueven los personajes se sitúa más cerca del paisaje urbano y moderno que del tradicional que conocemos a través de libros de otros autores, por no hablar del erotismo que discurre más o menos explícito, pero con insistencia, a lo largo de los diversos relatos.

Qué distinta la imagen del Japón que sobrevivió hasta los años sesenta, de un país extremadamente formal, cautivo de sus tradiciones, condicionado por la rectitud de las apariencias y contenido en la expresión de los afectos, de esta otra que Murakami nos ofrece, con personajes jóvenes, ajenos al mundo de sus padres y con vidas cuyo guión aparece abierto a un desenlace libre de los lastres del pasado y lleno de promesas y sorpresas.

Parecería por ello que no es Japón de lo que habla Murakami y sin embargo, como he dicho al principio, el lector sitúa de inmediato el relato en este país y ve a los personajes con rasgos inconfundiblemente japoneses. Un vendedor exitoso, abandonado por su mujer, termina en una habitación de hotel con una desconocida. Una joven moderna, fugada de su casa, halla refugio en las fantasías de un viejo acerca de la vida y de la muerte. Una científica, madura, encuentra en una vieja adivina respuesta al desasosiego que la agobia. Una rana enorme confía en el empleado de un banco un arriesgado plan para salvar a Japón de otro terremoto…

Seis relatos en total, cortos, de apariencia sencilla, sin grandes fuegos de artificio, pero imaginativos, llenos de pequeñas sorpresas y brillantemente resueltos nos acercan a Japón. Relatos ligeros y al mismo tiempo profundos, por los que discurren sentimientos de soledad, de desamparo, de melancolía pero también luces que llaman a la vida y que encienden sentimientos de esperanza y de ilusión. Seis relatos que esperan al lector para sumergirlo en el Japón de hoy y que lo llevan al encuentro del mejor Murakami.

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