domingo, 20 de febrero de 2011

Fotografía de viaje


Fotografía de viaje
Richard l'Anson
Geoplaneta/Lonely Planet, 2009
368 pp.

¿Compraría usted un libro dedicado a la fotografía de viajes?¿Y si el autor del libro es un fotógrafo estrella de Lonely Planet y sus imágenes ilustran una buena parte de sus guías?...



Richard l’Anson
Geoplaneta/Lonely Planet, 2009
368 pp.





¿Compraría usted un libro dedicado a la fotografía de viajes? Depende. Cuesta pensar que el hecho de viajar a cualquier lugar, estar de vacaciones, vivir sobre escenarios distintos de los que encuentra uno en su entorno habitual afecte a la fotografía. Y esta duda persigue al aficionado cuando encuentra un título tan simple como Fotografía de viaje.

Pero puede empezar a disiparse cuando el autor del libro es un fotógrafo estrella de Lonely Planet y sus imágenes ilustran una buena parte de sus guías y de la galería de fotos que cuelgan de la web de los editores más importantes de guías de viajes.

Seguramente, no hay reglas que se apliquen solamente a la toma de fotografías cuando se viaja, pero puede haber una experiencia casi ilimitada que haga aconsejable prestar atención a lo que cuenta un experto como es Richard l’Anson, el autor del libro.

De hecho, l’Ansom es consciente desde el principio de esta especie de suplantación que se produce cuando el viaje abarca a toda la realidad. Lo que vale para los viajes, dice a poco de arrancar el libro, vale para casi todo tan pronto como uno se aleja del garaje de su casa. Pero como su pasión va ligada a los viajes –y su medio de vida también- hace un recorrido de la A a la Z de todo lo que considera debe conocer el aficionado y de todo lo que para él constituye la práctica de su profesión.

No sé si quien lea el libro se va a convertir de un fotógrafo sobresaliente, pero sí es seguro que prestando atención a todos los asuntos de los que trata tendrá criterio para orientarse en un mundo que quien no ha pasado por una escuela maneja a base de intuición y que el profesional, además, ha sistematizado para no cometer errores y para mejorar paso a paso la calidad de su trabajo.

Como anunciaba la célebre película de Woody Allen, todo lo que usted quisiera saber sobre fotografía … aparece en este libro. Nos habla de cámaras, de objetivos, de filtros, de carretes para los nostálgicos y de tarjetas de memoria. Nos habla de formatos digitales y de los metadatos que acompañan a la información de cada imagen. Y aunque las ‘technicalities’ ocupan un lugar importante, se ocupa también de lo que no es pura técnica y que hace la diferencia entre las fotos mediocres y las excelentes.

Después de aleccionarnos sobre máquinas y accesorios sorprendentes nos devuelve a la realidad del fotógrafo y enfría nuestro entusiasmo cuando nos advierte de que “pueden hacerse buenas fotos con cualquier cámara y por cualquier medio. En los últimos ciento ochenta años –nos dice- se han realizado muchas fotografías memorables con las máquinas de cada momento…”, de modo que el secreto está en otra parte.

Y ahí empieza con un exhaustivo repaso de la luz, de la composición, del punto de vista, de los contenidos… y de los temas. Temas de todos colores y variedades saca Richard l’Anson a relucir, cada uno con su matiz y su intención, y todos desde la experiencia de quien se ha enfrentado a ellos y ha tratado de sacar lo mejor de cada uno. Cuanto más grande es el mundo, más numerosos los temas y cuanto más se acerca uno a ellos más derivadas encuentra, todas ellas con sus particularidades: la ciudad, el campo, la vida animal son algunas de ellas. Pero, a continuación, se multiplican y dan lugar a otras mucho más precisas que hay que ‘comprender’ para extraer de ellas esta foto que sorprende y embelesa.

Todas las fotos, nos viene a decir l’Anson, están ya hechas. Pero hay aún un hueco en el que explorar y donde encontrar una imagen extraordinaria y todavía inédita. Fotografía de viaje quiere ayudar al lector a encontrar este camino y aporta para ello una información verdaderamente masiva. Cuenta los ingredientes y explica el camino para componer la fórmula. Pero el resultado dependerá también del cocinero, de su inspiración y de esa práctica insustituible que hace al buen fotógrafo: tirar miles de fotos para aprender de todas ellas y acercarse a ese mito que es la perfección.

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