lunes, 10 de mayo de 2010

The Unguarded Moment


The Unguarded Moment
Steve McCurry
Phaidon, 2009
128 pp.

McCurry ha hecho tantas y tan buenas fotos y reportajes que se hace inevitable el volver a publicar sus trabajos porque siguen sorprendiéndonos y emocionándonos cada vez que los vemos ...


Steve McCurry
Phaidon, 2009
128 pp.





Publicado por Pablo Strubell

Una mirada poco atenta podría sugerir que Steve McCurry es, desde hace un tiempo, como esos grupos musicales dedicados a sacar recopilatorios de sus éxitos pasados a falta de inspiración en el presente. Pero, a diferencia de muchos de ellos, la realidad es que McCurry ha hecho tantas y tan buenas fotos y reportajes que se hace inevitable el volver a publicar sus trabajos porque siguen sorprendiéndonos y emocionándonos cada vez que los vemos. Y es que logra que sus imágenes se conviertan en clásicos desde el momento en que las captura con su cámara y las publica en National Geographic. Todo un lujo para nuestros ojos.

The Unguarded Moment (publicado por Phaidon en inglés –aunque con muy pocos textos) es el nuevo libro de McCurry. Brillantemente impreso y con un diseño muy sobrio, muestra tan solo una instantánea por hoja. Una decisión más que acertada porque permite al lector saborear cada una de ellas, sin otra distracción que una breve nota del lugar y momento en que se tomaron. No hace falta más, cada foto habla por sí misma.

En esta ocasión, el libro no tiene una temática definida, ni un hilo conductor, ni siquiera un período específico. Hay fotos de su poco conocida primera etapa, en la que trabajó mucho en África (Malí, Yemen, Sudán), allá por los años 80. Pero predominan, como es lógico, las imágenes asiáticas, que a partir de los 90 obtuvo en India, Myanmar y Afganistán y en las que se nota una pulsión especial, un interés, una devoción por las gentes y los lugares que no se observa en las primeras épocas. Estas son las fotos más impactantes. Esos retratos de miradas profundas. Esos lugares remotos arrasados por la guerra. Esas pequeñas luces de esperanza entre la pobreza en la que con tanta soltura el fotógrafo se mueve.

Las 75 fotografías que se muestran tienen el sello inconfundible de McCurry: una composición brillante, casi perfecta, en la que se adivina la espera paciente y atenta que da tiempo a que la foto se forme delante del objetivo; fotos en las que suceden cosas y se intuyen historias; en las que cada parcela del negativo ha captado información; imágenes de preciosos colores y maravillosos encuadres que nos muestran la perspicacia del autor para encontrar en los detalles una fuente de interés.

Algunas de las fotos presentadas en este libro ya han sido publicadas en otros monográficos, como Monzón o Retratos. De ahí que algunas de ellas nos resulten conocidas. Sin embargo, y como ya he señalado al principio, cada una de las imágenes posee esa extraordinaria virtud de mantener vigentes su calidad, fuerza e intensidad como el primer día. Seguro que provocan en el lector la sorpresa y despertarán el interés que suscitaron la primera vez que vieron la luz.

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